Siete de cada 10 pacientes con ictus llegan tarde a una unidad especializada

  • Más del 70 por ciento de las personas que sufren un infarto cerebral no llega a tiempo a una unidad de ictus a pesar de que las secuelas se podrían reducir entre un 25 y un 30 por ciento si se acudiese en las 4,5 horas siguientes al comienzo de los primeros síntomas para recibir un tratamiento específico.

Madrid, 15 oct.- Más del 70 por ciento de las personas que sufren un infarto cerebral no llega a tiempo a una unidad de ictus a pesar de que las secuelas se podrían reducir entre un 25 y un 30 por ciento si se acudiese en las 4,5 horas siguientes al comienzo de los primeros síntomas para recibir un tratamiento específico.

Esto se traduce en un aumento significativo de pacientes dependientes y discapacitados, con la consecuente disminución de la calidad de vida de los afectados, además de representar un elevado gasto sociosanitario.

En este contexto, y con el objeto de evaluar si el manejo de los pacientes con sospecha de ictus es el correcto y detectar posibles retrasos en su atención para poder corregirlos, se ha puesto en marcha el proyecto QUICK, en el que participan ocho hospitales universitarios, que ha sido presentado hoy en rueda de prensa.

"El tiempo es cerebro", ha puesto de relieve el doctor Jaime Masjuán, de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y coordinador del estudio, quien ha insistido en que por cada veinte o treinta minutos que se actúe antes se puede salvar una vida o lograr que el paciente no quede dependiente.

En España ya está desarrollado un sistema de atención sanitaria ictus (Código ictus) en todas las comunidades que permite que los pacientes acudan rápidamente a un hospital, lo que permite que un 30 por ciento sean tratados en las primeras 4,5 horas.

No obstante, hay un porcentaje importante que no se benefician de esta atención por no saber reconocer los síntomas de un ataque cerebral y retrasarse en solicitar ayuda al 112.

Uno de los motivos es la falta de un signo de alarma como puede ser el dolor, que sí se manifiesta, por ejemplo, cuando se produce un infarto de miocardio, aunque hay algunos síntomas característicos.

La pérdida de fuerza en un brazo, la torcedura de la boca y una alteración del lenguaje o incapacidad de expresarse en los casos más graves son algunos de los síntomas que pueden alertar de que se puede estar produciendo un ictus.

El doctor Jaime Gállego, coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN), ha subrayado que la unidad de ictus es el sistema de asistencia ideal porque ha demostrado que disminuye la mortalidad y la dependencia.

Este neurólogo, coordinador también del proyecto Quick, ha puesto de relieve que las 46 unidades de este tipo que hay en España son "insuficientes", pues suponen un 60 por ciento de las que debería haber (lo ideal es una cama de unidad por cada 100.000-70.000 habitantes).

A ello se añade una desigual distribución entre comunidades, de tal forma que por ejemplo La Rioja no dispone de ninguna y en Andalucía "faltan muchas", ha señalado este especialista.

El doctor Gállego ha incidido en que existe "una población importante" que no tienen acceso a estas unidades especializadas. De hecho, 16 provincias de más de 300.000 habitantes no tienen.

"El tratamiento en la unidad marca la diferencia", ha insistido este neurólogo.

A este respecto, el doctor Masjuán ha asegurado que con la puesta en marcha de estas unidades se ha cambiado la denominada "ley del tercio": un tercio de los pacientes moría al cabo de un año, un tercio acababa en silla de ruedas y un tercio tenía una calidad de vida razonable.

En la actualidad, dos tercios de los afectados sobreviven o consiguen no ser dependientes.

El proyecto Quick, enmarcado en una iniciativa de Boehringer Ingelheim a escala europea, se llevará a cabo en los hospitales Ramón y Cajal y La Paz, de Madrid; Virgen del Rocío de Sevilla; Vall d'Hebrón y Trías y Pujol, de Barcelona; La Fe de Valencia; el Hospital Navarra y el Clínico Santiago de Galicia.

Cada centro reclutará durante un periodo de dos meses a veinticinco pacientes que acudan o sean trasladados al hospital con Códico ictus activo.

El objetivo es medir el intervalo de tiempo en cuanto al manejo del paciente en cada paso del proceso e identificar las áreas de mejora. Los resultados estarán listos la próxima primavera.

La presidenta de la Federación Española del Ictus (FEI), Carmen Aleix, ha destacado que el proyecto es una apuesta clara por la mejora de la atención sanitaria de esta enfermedad y ha insistido en que "actuar a tiempo es clave".

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