El aparato cayó en el glaciar Fox, una zona muy turística de West Coast, una región de la isla sur de Nueva Zelanda. Un paramédico y un alpinista que inspeccionaron la zona del accidente confirmaron que no hay supervivientes.
"No voy a arriesgar más vidas, ya hemos perdido siete", dijo el inspector John Canning a la prensa preguntado sobre si se iban a recuperar los cuerpos del piloto y de los seis turistas.
Por el momento se desconoce la nacionalidad de los fallecidos.
El glaciar Fox, de una longitud de 13 kilómetros y considerado uno de los más accesibles del mundo, atrae cada año a miles de turistas.
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