Sílvia Soler: "Nos parece natural la calma, pero la tormenta llega sin aviso"

  • Irene Dalmases.

Irene Dalmases.

Barcelona, 10 mar.- A pesar de creer que en la vida hay que ser "tozudamente optimista", la escritora Sílvia Soler es consciente de que se puede pasar de "la calma a la tormenta, sin apenas aviso", lo que también ocurre en su novela, "L'estiu que comença", con la que ganó en enero el premio Ramon Llull y que ahora se publica.

En una entrevista con Efe, señala que a todos, cuando las cosas van bien y funcionan, "nos parece natural lo que está ocurriendo; pero, cuando se estropean, cuesta mucho afrontarlo, porque habíamos dado por natural algo que se puede acabar".

En su última novela, la autora relata los cincuenta años de vida de un hombre y una mujer, Andreu Balart y Júlia Reig, vinculados desde antes de nacer por la amistad inquebrantable de sus madres.

Publicada por Planeta, la historia narra la peripecia vital de estos dos personajes en un pequeño pueblo llamado Sorrals, que podría ubicarse entre las comarcas del Maresme y la Selva, desde su nacimiento en 1961 -el mismo año de Sílvia- hasta que llegan a la cincuentena.

Advierte, sin embargo, que se trata de la novela menos autobiográfica de las que ha escrito, aunque sí toma circunstancias de su vida personal, como que desde que era pequeña su familia veranea en una localidad perdida de la Garrotxa, donde coinciden con otras familias, con las que siguen compartiendo amistad.

"Quería preguntarme -prosigue- si las amistades se pueden heredar, algo que siempre me ha parecido sugestivo y que en el caso de mi familia sí ha sucedido".

Como también pasa en la novela, Sílvia Soler reconoce que "provoca una emoción especial ver que tus hijos son amigos de los hijos de tus amigos, lo que, a la vez, hace que nosotros estemos más unidos".

Relato en el que la noche de San Juan tiene un protagonismo especial, es también una historia marcada por una tragedia, la cual no es superada de la misma manera por todos los personajes que ha dibujado la autora figuerense.

Defiende que la noche del solsticio de verano es siempre un momento especial en el que se debe brindar "para que el verano que empieza sea bueno" y en el que se puede pensar que los pequeños detalles de la vida, desde arrancar una flor siempre del mismo árbol para regalar a preparar una mesa con gracia, son más que importantes.

Respecto a sus creaciones literarias, no esconde que tanto Andreu Balart como Júlia Reig han ido creciendo así que iba tecleando en el ordenador.

Queda claro ante el lector que, mientras él mantiene ante lo que sucede una actitud de serenidad, ella "es más rebelde, incluso queriendo huir de una especie de destino marcado por la amistad entre las madres, sólo por el único hecho de que fueron las madres las que lo marcaron".

Por otra parte, Júlia es psicóloga, una profesión no extraña en otros títulos de la escritora catalana, quien admite que esto viene dado porque sus novelas "son mucho de psicología de los personajes", pero también porque estuvo a punto de estudiar Psicología antes de decidirse por el Periodismo. "Quizá sea cierto -agrega- que me ha quedado una cierta vocación".

Badalonesa de adopción, Sílvia Soler tiene varias novelas en su haber con las que ha obtenido diferentes premios literarios, como el Fiter i Rossell por "Mira'm als ulls" y "Petons de diumenge", con el que ganó el Prudenci Bertrana en 2008.

La novela "L'estiu que comença" se editará próximamente en castellano por Planeta y en francés por Robert Laffont.

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