Soledad Lorenzo cierra su galería feliz de que el arte no le haya traicionado

  • El 30 de diciembre cerrará sus puertas. Después de una vida profesional de veintiséis años dedicada a artistas como Palazuelo, Barceló, Louise Bourgeois, Sicilia, Julian Schnabel o Juan Uslé , Soledad Lorenzo echa el cierre a su galería.

Mila Trenas

Madrid, 18 nov.- El 30 de diciembre cerrará sus puertas. Después de una vida profesional de veintiséis años dedicada a artistas como Palazuelo, Barceló, Louise Bourgeois, Sicilia, Julian Schnabel o Juan Uslé , Soledad Lorenzo echa el cierre a su galería.

Y lo hace con naturalidad y sin dramatismos, "quizá porque estoy muy convencida de mi decisión. Es algo que tiene que llegar en tu vida. Tengo 75 años y no puedo esperar mucho más si quiero retirarme en plenas facultades", comentó la galerista durante una entrevista con Efe.

Junto con Juana de Aizpuru, Helga de Alvear y Elvira González, Soledad Lorenzo forma parte del cuarteto estrella de galeristas mujeres que llevan años luchando por la promoción del arte contemporáneo en España.

Hasta que llegue el 30 de diciembre, en que clausurará la última exposición dedicada a la obra de Victoria Civera, sigue trabajando y viviendo el presente. "Hace muchos años que vivo el día a día y no porque la exposición actual dedicada a Guillermo Pérez Villalta o la de Victoria Civera sean las últimas me afecta de forma diferente".

Cuando en 1986 abrió la galería inicio un proyecto absolutamente propio para el que no tiene sucesores. "La galería es mi anécdota y no quiero sobrevivirme ni perdurar. Estoy muy agradecida a la sociedad artística porque me he sentido muy apoyada. Ahora, que por primera vez miró hacia atrás, me doy cuenta de ello".

Soledad Lorenzo recuerda siempre "el contacto tan intenso" que ha tenido con la muerte, al sufrir la de su marido, la de sus hermanos con pocos meses de diferencia, y la de los otros miembros de su familia.

"Ha sido una gran lección para mi. Mi mente está educada por mi familia, que fue extraordinaria, y por el contacto con la muerte que me ha marcado y me ha ayudado a vivir el presente. El mañana es un milagro", afirmó la galerista que entró en el mundo del arte tras el fallecimiento de su marido.

Este encuentro con el arte, opina, le ayudó a volcar su experiencia vital en una profesión en la que no ha tenido "malas experiencias".

"El mundo del arte ha sido generoso conmigo. Me ha valorado muchas veces en exceso. Es duro pero al mismo tiempo tiene muchas ventajas como es el entorno en el que vives tu profesión", asegura.

Al arte ha entregado su vida profesional, "que prácticamente ha sido mi vida personal", y lo ha hecho porque lo ama. "Ha sido una entrega muy compensada. Es como si te enamoras y todo sale maravillosamente. El arte no me ha traicionado".

Sus muchos años de noviazgo con las artes plásticas se deben a su interés por estar en contacto con los artistas que siempre le han importado más que sus obras.

En esta relación de amor, Soledad Lorenzo no ha tenido creadores preferidos pero si reconoce la huella que ha dejado en ella Pablo Palazuelo (Madrid 1916-2007), persona que le ha marcado más en el ámbito personal que en el artístico.

"Mi admiración por su obra es total pero la relación personal que teníamos era muy especial. Él tampoco tenía familia y comíamos juntos con asiduidad. Nos parecíamos mucho y me ayudó a creer más en mi. El hecho de que Palazuelo coincidiera conmigo en muchos sentimientos era como una reafirmación de que yo iba por buen camino".

En cuanto al papel de las galerías de arte, cree que son necesarias, "si un artista no tiene donde exhibirse no tiene visión, igual que un escritor necesita una editorial", y lamenta que sean maltratadas cuando las definen como "la parte especulativa del arte".

Una parte que en estos momentos atraviesa una importante crisis, "que no llega al talento. En crisis o no crisis, quien tiene talento lo sigue teniendo. El arte siempre esta ahí como una necesidad del ser humano. Otra cosa son los resultados de ventas".

Unas ventas que tienen en las ferias de arte contemporáneo un punto importante, además de haber logrado un éxito social. "Han dado una primera educación a mucha gente, han democratizado el arte".

Frente a esto, su peor parte es que tienen "demasiado poder. Las buenas ferias se han vuelto clónicas porque tampoco existen tantas galerías importantes en el mundo".

El mercado del arte que está aceptado en las grandes ferias es minoritario y lo es tanto "que estar en esa feria se convierte en algo esencial para tu currículum, más que tu programación".

"Eso me parece un absurdo. Si no vas a ferias no existes", opina la galerista que no fue seleccionada para la edición de 2011 de Art Basel, feria en la que estuvo presente durante muchos años y en la que fue premiada en 2009 por su trayectoria como galerista.

Su importante apuesta por los artistas españoles la ha pagado "en las ferias" donde se crea "un elitismo de nombres. Sabes de antemano lo que vas a ver, ya no hay apuestas por artistas emergentes".

Luchadora hasta el último momento de su vida profesional, Soledad Lorenzo se muestra activa en la lucha contra "el error bestial" de subir el IVA un 21 por ciento en el sector cultural. "Es inaceptable gravar la mirada. Es el impuesto de la ignorancia. La cultura es una necesidad y no un lujo".

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