El curso se alargó hasta los dos años

Solo 6 policías de 300 ingresarán en la unidad de desactivación de explosivos

Los nuevos tédax cuentan con formación previa de biología, química o electrónica pero, sobre todo, reúnen un perfil concreto: capacidad resolutiva y de análisis de situaciones, alta gestión emocional de los nervios.

Los TEDAX desarrollan un sistema técnico que aumenta su seguridad
Los Tédax desarrollan un sistema técnico que aumenta su seguridad

Más de 300 policías dispuestos a entrar en los Tédax, la unidad de desactivación de explosivos y agentes NRBQ. Tras más de dos años de proceso de selección, el más largo y uno de los más exigentes del cuerpo, solo seis agentes, entre ellos una mujer, se integrarán en esta compleja unidad que nunca mira atrás y en la que el primer error puede ser el último.

Son los únicos que acaban de superar el 36º curso de Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos, la denominación inicial de los Tédax, que en 2004 incorporaron la competencia frente a las amenazas de agentes nucleares, radiológicos, biológicos y químicos.

Los seis nuevos tédax -dos inspectores y cuatro policías- cuentan con formación previa de biología, química o electrónica pero, sobre todo, reúnen un perfil concreto: capacidad resolutiva y de análisis de situaciones, alta gestión emocional de los nervios, concentración y trabajo en equipo, según destaca a Efe un inspector de los Tédax que ha instruido a los nuevos agentes.

Solo 14 policías pasaron la primera criba

Explica que al curso, convocado en 2019, se presentaron más de 300 policías con más de dos años de servicio en el cuerpo para intentar salvar la primera criba. En esta primera fase, los 300 aspirantes se sometieron a exámenes de conocimientos de física, química, electrónica, biología, telecomunicaciones o meteorología. También a pruebas psicológicas y a una entrevista personal ante psicólogos que evaluaban su idoneidad. Tan solo 14 aspirantes lo consiguieron, lo que les permitió acceder al siguiente paso, el curso de selección de 18 meses y que, por la pandemia, ha sido aún más largo, casi dos años. 

En el camino se han quedado ocho agentes que, o bien abandonaron voluntariamente por la exigencia, o fueron descartados porque no se consideraron aptos. "Lo más complejo, además de la formación, es que es un curso que agota, que cansa, porque hay mucha presión mental", resume el inspector, para quien el Tédax es "la vida".

400.000 incidencias y 7.000 artefactos en 46 años

Ana lo ha conseguido. Es una de los seis nuevos Tédax que en próximas fechas recibirá destino en la central de Madrid o en alguno de los 28 grupos periféricos. Con ella son ya 14 las mujeres que integran esta unidad. "Ha sido muy duro y muy intenso y, si te soy sincera, yo también pensé en abandonar", confiesa a Efe la agente, que desde que entró en el cuerpo siempre vio esta unidad como un destino "muy atractivo" donde "explotar" su formación como licenciada en Biología. Es consciente de que regresar a su ciudad, Sevilla, no será fácil, aunque admite que es un sacrificio con el que ya contaba.

Adscritos a la Comisaría General de Información, la unidad Tédax-NRBQ actúa ante la presencia y detección de supuestos artefactos explosivos e incendiarios y todo tipo de agentes NRBQ, así como la recogida, transporte, análisis e investigación de los mecanismos, elementos y restos de dichos artefactos y de las sustancias o agentes.

En sus 46 años de historia han respondido a más de 400.000 incidencias y han neutralizado más de 7.000 artefactos reales reglamentarios. Solo en los últimos cinco años han intervenido ante la presencia de 770 artefactos militares en toda España, 119 de ellos durante 2021.

"Cuando nos llaman somos los últimos y únicos que podemos hacerlo. Es una unidad indispensable. Cuando acudimos a resolver un incidente solo hay una oportunidad", destaca a Efe el inspector. Y es que el primer error que se cometa puede ser el último. Desde su creación, un total de 15 tédax de la Policía Nacional han fallecido en una actuación ante un artefacto, el primero en 1978 en La Laguna (Tenerife) y el último en 1991 en Madrid cuando tres agentes murieron desactivando un explosivo.

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