Se acabó el confinamiento

SOS del comercio de Burela: "Solo de los vecinos del pueblo no podemos vivir"

La asociación de comerciantes de la localidad lucense veía cómo nada más acabar el estado de alarma tenían que volver a echar el cierre a su actividad. Ahora esperan a los turistas y poder mirar solo al futuro. 

Vista de una playa vacía en el pueblo de Burela, Lugo.
Vista de una playa vacía en el pueblo de Burela, Lugo.
EFE

Mientras los vecinos de Totana (Murcia) retroceden a la fase 1 por el brote de coronavirus localizado en un pub nocturno y cuya cifra de positivos alcanza ya los 85, los de Burela (Lugo) salen de su segundo confinamiento después de que esta localidad fuera el epicentro del rebrote localizado en la comarca de A Mariña nada más acabar el estado de alarma. Poco más de 20 días después está controlado y en una situación de resolución. Más negro ven el futuro los comerciantes y hosteleros de la zona, que nada más levantar el cierre y empezar a remontar tuvieron que echarlo de nuevo. Ahora esperan que las ayudas que les han otorgado para autónomos y pymes empiece a llegar. 

Cafeterías con capacidad para 100 personas en un día podían llegar a poner diez cervezas en estos días de regreso al cierre, una situación que tildan de "insostenible"; empresas de eventos que empezaban a organizar las comuniones y bodas a partir de mayo se han encontrado con todo cancelado, y el único adjetivo posible es "desastroso"; y hoteles que estaban empezando a recibir las confirmaciones de clientes habituales quitaron el cartel de completo tras anotar una cancelación tras otra. Ahora esperan que sí se instaure la nueva normalidad y sobre todo que los turistas vuelvan a sus calles porque "solo de los vecinos del pueblo no vivimos", aseguran desde la Asociación de Comerciantes de Burela. 

Miguel Florez explica a La Información que se ha vivido "una situación muy delicada y complicada porque veníamos de estar cerrados durante dos meses en el confinamiento y cuando remontamos de repente otra vez tuvimos que volver a cerrar". Y esto sucede en una localidad de poco más de 10.000 habitantes "que si se queda sin el turista que viene de fuera" la economía de los comercios se complica aún más. Prefiere por ahora mirar solo al futuro para "ver si empieza la cosa a animarse".

Florez insiste una y otra vez en que la localidad es segura y "todo el que quiera puede venir con toda la tranquilidad del mundo porque cumplimos tanto en hostelería como en todos los sectores con las medidas sanitarias necesarias para evitar la propagación del coronavirus, sobre todo ahora después de todo lo vivido". Reconoce que el brote que vivieron "nos tocó a nosotros pero pudo suceder en cualquier sitio". Sus declaraciones coinciden en el tiempo con las del Gobierno, que no descarta que podamos estar ante la segunda temida oleada con 281 focos activos y 971 nuevos contagiados en un día, según el dato del pasado jueves que, este viernes ha vuelto casi a repetirse en número. 

Los rebrotes pueden suponer la puntilla para algunos negocios de Burela. Un bar de toda la vida, "ha preferido no abrir". El resto sí que levanta la baraja. Muchos fueron precavidos y en cuanto empezaron a conocerse que crecían los casos en su localidad temieron que alguno de sus empleados acabara siendo positivo en coronavirus y directamente cerraron. Desde la madrugada del viernes a las 00:00 horas intentarán volver a estar abiertos para acoger a todos esos turistas que cada año pasan por sus calles par disfrutar "de nuestra gastronomía, nuestra sierra o nuestras playas". 

En el caso de Florez el negocio tendrá que esperar un poquito para remontar. Al frente de una empresa de eventos ha visto cómo las comuniones y bodas que sí se iban a celebrar a partir de mayo "muchas con el segundo confinamiento se han suspendido hasta el año que viene y otras sin día...". Ahora tiene que hacer frente a las facturas de esa mercancía "que ya tenía aquí" pero se acuerda de otros tantos negocios cuyo producto también compraron para arrancar "y mucho se ha podido perder". Otro golpe que ha recibido la ciudad es la suspensión de su famosa feria del bonito, "declarada de interés turístico". 

Por esto y otras más causas desde el concello han aprobado 120.000 euros de ayuda para los autónomos y pymes de esta localidad "que todavía no han llegado pero esperamos lo haga pronto". Por ahora se ha abierto el plazo para empezar a solicitarlas. Pero al igual que se espera dicha ayuda, "es igual de importante que las calles dejen de estar desiertas". En Burela durante los días más duros del coronavirus no tuvieron "muchos casos" y puede que eso hiciera que los ciudadanos no estuvieran del todo concienciados de ciertas medidas de seguridad "que ahora sí se cumplen a rajatabla". Todos al principio pensaban que "era un mal sueño o una película porque en esta época algo así era impensable, pero era todo muy real". 

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