SOS desde el Sahel: Obligados a comer una vez al día…y solo lo justo para sobrevivir

  • La salud de 18 millones de personas está en riesgo por falta de agua y alimentos en los nueve países del Sahel, la franja del África Central al sur del Sáhara. Son las últimas estimaciones de las ONG, que solo en dos meses han aumentado en tres millones sus cálculos sobre personas afectadas.

"En los próximos tres meses veremos un gran aumento del número de niños que necesitan ayuda porque la región se encuentra actualmente en el período más seco y árido del año", aseguran desde Unicef.

Burkina Faso, Gambia, Mauritania, Níger, Chad y las regiones del norte de Camerún, Nigeria, Senegal y Mali… la lista parece interminable. Esta enorme región centroafricana lleva meses sufriendo una hambruna preocupante.

"Falta comida en muchas zonas del país y los agricultores de esta zona se han quedado sin recursos. La situación no es fácil y hay que mandar un SOS", cuenta el misionero español José Guillem desde Tuba, un pequeño pueblo de Mali.

Es el país más afectado por la crisis alimentaria, pues a la falta de comida y agua se le suma su grave inestabilidad política, con enfrentamientos en el norte del país. Ya son 167.000 personas son desplazados internos y otros 170.000 los que han huido a países vecinos, según Naciones Unidas.

El objetivo de Unicef es conseguir 117,5 millones de euros solo para sus operaciones de emergencia en la región del Sahel en lo que queda de año. Creen que así podrían proporcionar el tratamiento oportuno para salvar la vida de 1,1 millones de niños menores de cinco años con desnutrición aguda grave.

Comida para que los niños no falten a la escuela

Hoy, en las zonas rurales "se come una vez al día, y lo justo para sobrevivir", advierte el misionero salesiano Hernán Cordero. "El sector agrícola es muy precario, las tierras son muy pobres y los cultivos dependen de la estación de lluvias al 100%", explica.

Este año, la lluvia ha sido escasa y la sequía ya va por su tercer año, explican desde Misiones Salesianas.

"Nuestra estrategia aquí es la de repartir alimentos en las escuelas primarias para que los niños sigan yendo. Detrás del hambre y la sequía hay consecuencias muy importantes para el desarrollo de estos países: los niños desaparecen de las escuelas, la migración hacia las ciudades aumenta y no hay dinero para medicamentos", indica Cordero.

Este misionero critica que "los Estados no apoyan al sector agrícola excepto a los productos destinados a la exportación, como el algodón, y que los precios de los alimentos han subido mucho".

En los campos de refugiados que se han ido creando para acoger a quienes huyen de Mali en Mauritania, Burkina Faso y Níger, Médicos Sin Fronteras ha constatado que los refugiados comparten una letrina por cada 220 personas, al menos según datos de mayo.

En febrero, un equipo de MSF detectó además que el 25% de niños menores de 5 años en Biltine (Chad) padecía desnutrición aguda, y ha habido un aumento de casos de meningitis que solo en Chad han provocado al menos 145 fallecimientos.

La carrera contrarreloj no cesa

"Estamos en una carrera contrarreloj para salvar vidas antes de que la crisis llegue a un pico que puede poner en peligro las vidas de millones de personas", ha advertido la directora a adjunta de Unicef, Yoka Brandt, que estuvo recientemente en Níger.

Por ello, la Comisión Europea ha puesto en marcha la Alianza Mundial de Resistencia (AGIR), que persigue ayudar a la población del Sahel a mejorar su capacidad de recuperación para que puedan hacer frente a crisis futuras. Además, esta semana la UE ha anunciado un aumento de la ayuda humanitaria a la región de 40 millones de euros más (en total serán 337 millones).

Y es que la situación parece atrapada por un bucle sin salida en el que incluso se ha acuñado el término de "época de hambre".

Sigue @maria_torrens

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