Los presuntos asesinos del ganadero de La Rioja y su error: ayudar en la búsqueda

  • Siete personas han sido detenidas en relación con la muerte de J.C.M. hace 14 meses. El principal detenido estaría implicado en otro crimen.
Empresario La Rioja
Empresario La Rioja
Guardia Civil

Catorce meses después de que la localidad de Calahorra llorara la muerte de su vecino J.C.M., un ganadero muy conocido en La Rioja Baja, siete personas han sido detenidas relacionadas con su violenta muerte en Alfaro -su cuerpo apareció semisumergido en una balsa de riego tras haber sido atado, amordazado y golpeado-. Los agentes de la Guardia Civil no han cesado en sus pesquisas. El primer error de los presuntos asesinos pudo ser ayudar en la búsqueda de este hombre de 42 años que un día no llegó a dormir a su casa y a la mañana siguiente su mujer denunció su desaparición, según ha podido saber La Información. En total han sido arrestadas siete personas, entre ellas los tres presuntos autores materiales del crimen. Ahora se sabe que el principal detenido ha estado implicado en otro crimen en Lleida en 2011.

Los detenidos son cuatro varones y tres mujeres, con edades comprendidas entre los 20 y 61 años y residentes en las localidades riojanas de Calahorra y Autol. La identificación de la víctima abrió múltiples vías de investigación, debido a que una parte de sus amistades eran peligrosos delincuentes asentados en diferentes localidades riojanas. Los investigadores determinaron que el crimen fue planificado, organizado y ejecutado por un trabajador y hombre de confianza de la víctima, un peligroso delincuente de 41 años, que posee numerosos antecedentes penales.

Esta persona, junto con otros dos miembros de su clan familiar, se habrían desplazado hasta una granja de pollos propiedad de la víctima, en la localidad de Alfaro, ya que sabían que se encontraba sola y con una importante cantidad de dinero en efectivo en su poder. Una vez en el lugar, ataron y amordazaron a la víctima y la introdujeron a la fuerza en el maletero de su propio vehículo, trasladándola hasta una balsa cercana, donde acabaron con su vida utilizando un arma blanca. A continuación arrojaron el cuerpo a la balsa con un contrapeso anudado a la cintura para que se hundiera.

Posteriormente, los ahora detenidos, colaboraron en el dispositivo de búsqueda que había iniciado la Guardia Civil tras denunciar la familia la desaparición. Desde ese momento los agentes ya tienen mil ojos en busca de hilos de los que tirar para arrancar la investigación atentos a cualquier detalle. Llevar una ropa u otra para las batidas o la hora a la que se llega puede convertirse en pistas para los ojos de los investigadores. Da la casualidad de que, una vez apareció el cuerpo, los tres implicados dejaron de tener contacto entre ellos. Y no solo eso, sino que incrementaron las medidas de seguridad para detectar si eran controlados por los agentes. De hecho, uno de ellos cambió de residencia en dos ocasiones y evitaba dejarse ver en público.

Mostrar comentarios