Teólogo critica el cese del obispo argentino que abrazó a una mujer en playa

Santander, 27 jun.- El teólogo Juan José Tamayo ha considerado hoy que el cese del obispo argentino que apareció abrazado a una mujer en una playa de México "es una prueba más de la incompatibilidad que establece la Iglesia entre el amor a Dios y el amor a los seres humanos".

Tamayo, que dirige un curso sobre el Concilio Vaticano II en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), se ha pronunciado así al ser preguntado por Efe por el cese del obispo de la diócesis argentina de Merlo Moreno, Fernando María Bargalló, tras el escándalo desatado por la publicación de fotos en las que aparece abrazado a una mujer.

Además, el exobispo ha renunciado a la Presidencia de Cáritas Latinoamérica y Caribe.

El profesor de Teología de la Universidad Carlos III de Madrid, Juan José Tamayo, opina que el cese del obispo es el resultado de "una iglesia misógina" y "gobernada por célibes" que "no sabe lo que es el amor".

Tamayo ha subrayado que "la única incompatibilidad" que fija el Evangelio está "en servir a Dios y al dinero". "No se puede servir a esos dos amos", ha declarado.

Y ha recalcado que cuando a Jesús se le preguntó cuál es el primer mandamiento, dijo que es "amar a Dios sobre todas las cosas", y que el segundo es "amar al prójimo como a ti mismo".

"La incompatibilidad entre el amor a Dios y el amor al ser humano la ha creado la jerarquía eclesiástica", ha apostillado.

Tamayo dirige estos días en la UIMP el curso "El Vaticano II: concilio del diálogo, cincuenta años después", y hoy ha ofrecido una rueda de prensa junto a la teóloga argentina Coca Trillini y la teóloga feminista Kochurani Abraham.

Trillini ha dicho que el resultado del Concilio Vaticano II no afectó a un 50 % del mundo, las mujeres, y ha lamentado que la Iglesia no ha cumplido sus promesas con ese colectivo. "La tradición católica sigue desoyendo a las mujeres", ha apostillado.

Abraham ha destacado la pluralidad de la vida y ha considerado que supone "un desafío" para las religiones, que mayoritariamente son "masculinas" y están "jerarquizadas".

Tamayo cree que tras el Concilio Vaticano II el diálogo y las reformas quedaron "truncados" muy pronto, hasta el punto de que, a su juicio, se produjo "una involución".

Ha aludido al "egocentrismo" de la Iglesia católica, cuya "única referencia era Europa", y a la "superioridad" y "asimetría" con otras religiones.