Madrid, 2 dic.- Adolescencia y redes sociales son un binomio casi indisociable. Esta relación, sus ventajas y peligros, son el hilo conductor de "Terror en la red", una trilogía repleta de aventuras, malos, amor y mucho internet, protagonizada por dos adolescentes que plantan cara a una peligrosa secta antitecnología.
"El chico que vivía encerrado en una habitación" (Edebé) es la primera entrega de esta saga, escrita a cuatro manos por Alvaro Colomer y Antonio Lozano, mientras los dos siguientes volúmenes se publicarán en 2013.
"Tuvimos claro que si hacíamos un libro de literatura juvenil tendría que ver con Facebook y las redes sociales, que es el modo de comunicación de los jóvenes", explica Colomer a Efe.
Además quisieron poner de manifiesto la ambigüedad de las redes sociales, "que están llenas de posibilidades. Te permiten comunicarte con muchas personas, pero también -advierte- son una puerta de entrada de desconocidos, lo que puede tener sus riesgos".
La historia comienza cuando un adolescente, Alex, desaparece tras agregar a su lista de amigos de Facebook a un desconocido que se hace llamar "La Sombra", pero no es el único.
La búsqueda que emprende su hermana menor, Nerea, ayudada por otro adolescente, Derek, un experimentado "hacker" que vive encerrado en su habitación debido a su agorafobia, se convierte en un relato lleno de acción y aventuras que hace nacer la chispa de la atracción entre los protagonistas.
Nerea y Derek se tendrán que enfrentar a una secta con origen en Japón que está contra el avance de la tecnología, por lo que planean acabar con ella.
"Queríamos pensar en cómo todo avance tecnológico tiene implícito una serie de amenazas", pero al final "tiene más de positivo que de negativo", explica Colomer, que al igual que Lozano es periodista.
Pero Colomer señala que no han querido "echar la moralina" sobre lo bueno y lo malo de la tecnología, sino que "la aventura, la tensión y el romance es lo que prima" en el relato.
Todo ello lo viven Nerea, "el músculo y la heroína" de la trama, y Derek, que actúa como "el cerebro" experto en internet para sabotear los planes criminales de la secta.
Un ejemplo de la importancia de las redes sociales entre los jóvenes es la respuesta que han recibido a través de estas.
"La literatura juvenil hierve en los 'blogs'", donde los adolescentes expresan sus opiniones y se recomiendan libros", relata.
"Terror en la red" tiene aún por delante dos entregas. La primera ha sido "la presentación de los personajes", en la segunda "se gana en calidad" y en la tercera, que traslada la acción a Japón, "en complejidad", aunque "siempre puede quedar una puerta abierta" para más entregas adelanta el autor.
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