Timor quiere extender el uso del portugués mediante la alfabetización

  • Timor Oriental, uno de los países más pobres de Asia desde su independencia en 2002, trata de impulsar el portugués, lengua cooficial aunque actualmente solo lo habla una cuarta parte de la población, a través de la alfabetización.

Eduardo Mariz Cortiñas

Yakarta, 31 ago.- Timor Oriental, uno de los países más pobres de Asia desde su independencia en 2002, trata de impulsar el portugués, lengua cooficial aunque actualmente solo lo habla una cuarta parte de la población, a través de la alfabetización.

Según cálculos oficiales, alrededor del 40 por ciento de los timorenses son incapaces de leer o escribir y el Gobierno lucha a contracorriente para que las nuevas generaciones puedan desprenderse de la pobreza que mantiene a cuatro de cada cinco habitantes subsistiendo de la agricultura.

Para ello, las autoridades han contado con apoyos de varios países y agencias internacionales en la reconstrucción de un nuevo sistema educativo e infraestructura, destruidos en la violencia de 1999 cuando el país rechazó en referéndum seguir siendo parte anexa de Indonesia.

Desde entonces, Timor Oriental se ha cohesionado utilizando su herencia colonial portuguesa, lo que incluye la oficialidad del portugués junto al tetum, lengua mayoritaria, y su uso a nivel administrativo y académico.

"El idioma portugués es parte de nuestra historia, y continuaremos aprendiéndolo como idioma oficial que es", explica a Efe el ministro de Asuntos Exteriores de Timor Oriental, José Luis Guterres.

El ministro quiere, con el dominio del portugués y otros idiomas, dar pie a sectores económicos sostenibles como el turismo, y así dejar atrás la dependencia de las exportaciones petrolíferas, que representan el 95 por ciento de los ingresos estatales.

Sin embargo, reconectar con el portugués se presenta paradójico para los dos tercios de la población actual nacida tras la era colonial, y, según el censo de 2010, apenas el 25 por ciento de los encuestados lo hablaban, frente al 45 por ciento del indonesio o el 56 por ciento del tetum.

En las escuelas el portugués se ha fijado como lengua de instrucción desde el comienzo, algo que el lingüista brasileño Davi Borges de Albuquerque ve poco práctico.

"Para los profesores es un problema tener que enseñar en portugués o en inglés, porque no tienen fluidez, entonces a una hora u otra el profesor usa el tetum o el indonesio", dice Davi, quien durante dos años ayudó a formar nuevos profesores nativos en la Universidad Nacional de Timor Oriental.

Davi también advierte que el portugués obstaculiza el aprendizaje de los alumnos, una impresión compartida por la lingüista australiana Kerry Taylor-Leech quien describe en un estudio un sentimiento de alienación entre los timorenses ante un sistema educativo que "no refleja sus necesidades y realidad cultural".

La falta de materiales y reglas gramaticales en los idiomas autóctonos, lenguas maternas de muchos alumnos que no hablan tetum, imposibilita su normalización e incorporación al sistema educativo.

Davi considera "importante" que haya una planificación lingüística que incorpore esos idiomas minoritarios, pero cree que "debe hacerse de forma organizada, a largo plazo y para un futuro, y no haciéndolo a correr", detalla.

En cambio, el portugués tiene más presencia en la capital, Dili, donde el pasado julio se celebró la cumbre de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP).

En declaraciones a la agencia Portuguese News Network en abril, el expresidente y Premio Nobel de la Paz José Ramos Horta aseguraba que en diez años la mitad del pueblo timorense hablaría portugués, pero Davi no lo ve tan claro.

"Yo tengo una visión realista, no veo que eso acontezca sin invertir en profesores, investigadores y partidas monetarias, lo cual esos países (miembros del CPLP) ya no lo hacen por las denuncias de corrupción en el gobierno de Timor Oriental", afirma el investigador.

Según UNICEF, en Timor Oriental uno de cada cuatro niños en edad de primaria no acude a la escuela, y el país posee el índice de malnutrición más alto del mundo en niños menores de cinco años (58 por ciento del total), lo que influye disminuyendo su capacidad de aprendizaje.

Mostrar comentarios