'Tocados', cuando las manías se convierten en obsesiones

  • Algunos cuentan las rayas de la carretera, otros suman las matrículas de los coches y hasta hay quién ordena la ropa por colores. Todos tenemos manías, sin embargo, cuando éstas empiezan a afectar a nuestra vida diaria e interceden en nuestro desarrollo hablamos de una obsesión, de un trastorno obsesivo compulsivo o TOC (de ahí que habitualmente se les llamen 'tocados').
Ylenia Álvarez

El vídeo que aparece justo debajo es una campaña publicitaria pero podría no serlo, podría ser una camára oculta. Esa forma de actuar y comportarse existe. Personas como el chico de la imagen viven cada día pendientes de pequeños detalles que marcan su vida y sus movimientos.

Actualemente el TOC afecta a más de 100 millones de personas en el mundo. Pero, ¿qué es? ¿Cómo se manifiesta y desarrolla? El Colegio Oficial de Psicólogos dice que este trastorno "consiste en la presencia de obsesiones o compulsiones repetidas, suficientemente graves como para acusar un intenso malestar, gran pérdida de tiempo, o una interferencia significativa con la rutina habitual del individuo".

Muchos recordarán el papel de Jack Nicholson en 'Mejor Imposible', un hombre que cada vez que comía en un resturante llevaba sus propios cubiertos, y el mismo que estrenaba un jabón nuevo cada vez que se lavaba las manos. Algo parecido hacía también Leonardo DiCaprio en 'El Aviador': se enjabonaba hasta la saciedad, incluso hasta hacerse heridas y sangrar.

Lejos de las películas y la ficción existen personas con nombre y apellidos que padecen este tipo de trastornos obsesivo-compulsivos. Es cierto que todos tenemos manías: unas más raras y otras menos.

Una angustia constante

Vicente Ruiz Orero tiene ahora 48 años, pero su caso comenzó cuando tenía sólo 17. Vicente llegó a vivir sus días pendiente de comprobar las luces, el gas, el agua, etc. "Tengo un negocio y el hecho de echar el cierre me ocupaba incontables horas", afirma. También tenía miedo a atropellar a la gente conduciendo, lo que le hizo dejar de conducir; fobias de impulsión y miedo a hacer daño a los demás hasta tal punto que todas esos pensamientos condicionaban su vida.

Vicente siempre había sido un chico introvertido y muy despistado: "Creo que la gente con TOC vive más su mundo interior que el exterior. El pensamiento es muy importante en los 'tocados', de ahí la sobrevaloración que solemos dar a lo que pensamos", afirma.

"Por aquella época visité a un psiquiatra en Valencia. Tomaba antidepresivos y ansiolíticos y lo complementabamos con una terapia de corte analítico. Después de 4 años de tratamiento me quedé sin un duro y mi  psiquiatra me mandó a casa. Después seguí una terapia psicoanalítica en el Centro de Salud del barrio durante tres años sin ningún resultado, y al final me habitué al trastorno obsesivo".

La situación de Vicente no podía continuar así, por lo que hace 4 años se separó y decidió no seguir en esa espiral: "Como disponía de mas dinero visité un psiquiatra que me aconsejaron y hoy en día estoy sin ningún síntoma, lo que se podría decir curado". "A parte de la medicación -que hoy ya no tomo-, seguimos una terapia cognitiva-conductual", afirma.

Vicente ha vivido en primera persona lo peor de querer controlarlo todo: "Aunque parezca mentira y no se nos note, es una enfermedad bastante incapacitante, ya que los rituales asociados a las ideas obsesivas te hacen perder mucho tiempo. Asi mismo el desgaste psicológico y emocional es tremendo, llegando en casi todos los casos a caer bajo los efectos de una depresión derivada del sufrimiento inflingido por las ideas obsesivas"

De manías a obsesiones

Para Vanesa Fernández López, doctora en Psicología y especialista de la Clínica Bárbara Tovar, hay pesonas más sensible a este tipo de trastornos. Se trata de "personas con mayores niveles de ansiedad que tienden a interpretar las situaciones como estresantes o amenazantes, controladoras y rígidas, o que tienen que basarse siempre en un comportamiento muy esterotipado".

Además, "generalmente cuando la persona está más nerviosa, más estresada, sea por un problema personal, un problema en el trabajo o porque tenga una temporada más difícil…. todos nuestros handicaps psicológicos, digamos que se disparan, entonces generalmente las manías se incrementan cuando está la persona sometida a situaciones de ansiedad y estrés importantes".


Tratamiento y cura

Según esta especialista la terapia más útil es la cognitivo conductual: "Es una terapia con la que se le enseña a la persona a controlar los estados emocionales que le causan las manías: la ansiedad, la inseguridad, la necesidad de control, por ejemplo". "También se le enseña a exponerse a la situación donde pone en marcha la manía con exposición y prevención de respuestas", añade. 

"Lo que ocurre es que hay otro tipo de manías que ya son demasiado intensas o bien están desencadenadas por otro tipo de reacciones muy fuertes y entonces hay que combinar el tratamiento psicológico con el tratamiento farmacológico", señala.

Igual que Vicente, muchos han podido curarse gracias a grandes dosis de paciencia, aunque lo primero es reconocer la enfermedad. La tarea no es fácil: "El tratamiento de las manías y el comportamiento obsesivo son de los más complejos y con menos éxito de la terapia, pero hoy en día sí que tiene tratamiento, lo que pasa es que no puedo decir que tiene un éxito tan alto como las crisis de pánico, por ejemplo", afirma Vanesa Fernéndez.

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