Las toxinas por hongos se transmiten fácilmente por el aire, con potencial riesgo para la salud en interiores

  • Las toxinas producidas por tres diferentes especies de hongos que crecen en el interior en el papel de las paredes pueden convertirse en aerosol y se inhalan con facilidad, según concluye una investigación, cuyos resultados probablemente tienen implicaciones para el "síndrome del edificio enfermo", como se informa en un artículo publicado en 'Applied and Environmental Microbiology', una revista de la Sociedad Americana de Microbiología.
Las toxinas por hongos se transmiten fácilmente por el aire, con potencial riesgo para la salud en interiores
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EUROPA PRESS
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"Hemos demostrado que las micotoxinas podrían ser transferidas de un material mohoso al aire, en condiciones que pueden encontrarse en los edificios", afirma el autor Jean-Denis Bailly, profesor de higiene de los alimentos en la Escuela Nacional de Veterinaria de Toulouse, Francia. "Por lo tanto, las micotoxinas pueden ser inhaladas y deben ser investigadas como parámetros de calidad del aire interior, especialmente en hogares con contaminación fúngica visible".

La motivación para realizar el estudio fue la escasez de datos sobre el riesgo para la salud de las micotoxinas producidas por hongos que crecen en interiores. En el trabajo, los investigadores construyeron un banco experimental que simula un flujo de aire sobre un pedazo de papel de pared contaminado, controlando la velocidad y la dirección del aire y luego analizaron el bioaerosol resultante.

"La mayoría de las toxinas transportadas por el aire están probablemente localizadas en esporas de hongos, pero también demostramos que parte de la carga tóxica se encontraba en partículas muy pequeñas, polvo o pequeños fragmentos del papel tapiz, que podrían ser fácilmente inhalados", explica Bailly.

CANTIDADES DIFERENTES DE MICOTOXINAS SEGÚN EL TIPO DE HONGO

Los investigadores utilizaron tres especies de hongos en su estudio: 'Penicillium brevicompactum', 'Aspergillus versicolor' y 'Stachybotrys chartarum', que son especies estudiadas durante mucho tiempo como fuentes de contaminantes alimentarios, pero también "son contaminantes de interior frecuentes", según Bailly. Señala que producen micotoxinas diferentes y que sus micelios -proyecciones de los hongos que buscan alimento y agua en el medio ambiente-- son diferentes entre sí, lo que probablemente lleva a diferencias en la cantidad de micotoxinas que depositan en el aire.

Los hallazgos plantearon dos nuevas preguntas científicas. En primer lugar, "casi no hay datos sobre la toxicidad de las micotoxinas después de la inhalación", dice Bailly, señalando que la mayoría de las investigaciones se ha centrado en toxinas como los contaminantes de los alimentos.

En segundo lugar, las diferentes especies de hongos ponen distintas cantidades de micotoxinas en el aire, "probablemente relacionadas con la organización del micelio", pero también posiblemente vinculadas con los mecanismos por los cuales las micotoxinas de diferentes hongos se transmiten por vía aérea, por ejemplo, a través de gotitas de exudado frente a acumulación en esporas. Este conocimiento podría ayudarnos a dar prioridad a aquellas especies que pueden ser de verdadera importancia al emitir micotoxinas, apunta.

Bailly apunta que la presión por crear casas cada vez más eficientes energéticamente puede agravar el problema de las micotoxinas en el interior. Este tipo de hogares "están fuertemente aislados del exterior para ahorrar energía", pero varios aparatos que usan agua, como cafeteras, "podrían conducir a condiciones favorables para el crecimiento de hongos", advierte. "La presencia de micotoxinas en interiores debe tenerse en cuenta como un parámetro importante de la calidad del aire", concluye.

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