Su familia lo daba por muerto. Identificó otro cuerpo hallado entre los escombros como el del adolescente y le dio sepultura en el pueblo de sus ancestros.
"Con la bendición de Dios, Muhamad Shahid, de 18 años, fue sacado 50 horas después del derrumbe", anunció Muhamad Usman, un alto funcionario de la administración de Lahore, la ciudad del este del país donde ocurrió la tragedia el miércoles por la noche.
Desde entonces, los socorristas retiraron 37 cuerpos y sacaron a un centenar de supervivientes de entre los escombros de esta fábrica de cuatro pisos que producía bolsas de polietileno en la zona industrial de Sundar, a 45 km del centro de Lahore.
El rescate del joven provocó escenas de emoción en el lugar, donde los socorristas se pusieron a gritar "Allahu Akbar" (Dios es grande) y recuperaran la esperanza.
Cuando el edificio se derrumbó, había unas 150 personas en la fábrica y se ignora si quedan todavía cuerpos entre los escombros.
Según algunos obreros, en la fábrica trabajaban niños.
Las autoridades provinciales indicaron que se había abierto una investigación y que esperaban un primer informe en dos semanas.
El derrumbe se produjo pocos días después de un terremoto que dejó casi 390 muertos en Pakistán y Afganistán, y dañó miles de edificios.
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