Un corresponsal de "The New York Times", obligado a abandonar China

  • Un periodista de "The New York Times" en Pekín deberá abandonar China, al no haber obtenido a tiempo la aprobación de su visado, situación que la asociación de corresponsales del país asiático considera ligada a algunos reportajes que el diario ha publicado sobre el liderazgo chino.

Pekín, 29 dic.- Un periodista de "The New York Times" en Pekín deberá abandonar China, al no haber obtenido a tiempo la aprobación de su visado, situación que la asociación de corresponsales del país asiático considera ligada a algunos reportajes que el diario ha publicado sobre el liderazgo chino.

A no ser que se produzca un improbable cambio de última hora, Austin Ramzy, de 39 años, tendrá que marcharse de China mañana, jueves, día en el que expira su visado actual de turista de un mes.

Según las autoridades chinas, Ramzy no cumplimentó adecuadamente los requisitos de solicitud del visado, de modo que no puede continuar con su trabajo como reportero en la potencia asiática.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Qin Gang, aseguró el lunes en una rueda de prensa en Pekín que Ramzy, contratado por "The New York Times" el pasado verano después de cubrir China durante seis años para la revista "Time", "rompió las reglas" al quedarse en el país con su "antiguo" visado de ese medio.

No obstante, el editor jefe de "The New York Times" en China, Edward Wong, publicó en su cuenta de Twitter ese mismo día que "siguiendo las normas, el diario entregó la solicitud del visado para Austin Ramzy el pasado junio. Ellos no la han aprobado".

El Club de Corresponsales Extranjeros en China ha condenado "firmemente" que Ramzy haya sido forzado a abandonar el país por retrasos en su acreditación, según un comunicado divulgado hoy por la asociación.

"Las sugerencias realizadas por oficiales chinos de que el señor Ramzy no siguió correctamente las regulaciones son falsas; las regulaciones no son claras y no han sido aplicadas a otros periodistas en situaciones similares a la de Ramzy", añade.

El club enfatiza que Ramzy es el tercer reportero de "The New York Times" a quien en los últimos dieciocho meses no se ha concedido la acreditación como periodista, imprescindible para ejercer la profesión en la potencia asiática.

"En estas circunstancias, es difícil evitar concluir que las autoridades están castigando a 'The New York Times' por los artículos que ha publicado sobre el ex primer ministro Wen Jiabao y su familia", subraya.

La mención se refiere a un reportaje publicado por ese diario en octubre de 2012 que revelaba la fortuna de 2.700 millones de dólares amasada por el ex primer ministro de la potencia asiática y su familia.

Tanto "The New York Times" como la agencia Bloomberg han sido objeto de presiones políticas por parte de las autoridades comunistas, después de que ambos medios publicaran artículos en 2012 revelando las secretas fortunas de familiares de altos líderes del Partido Comunista Chino.

El pasado diciembre, el Ministerio de Exteriores chino esperó hasta el último minuto para renovar los visados de todos los miembros de ambas organizaciones, lo que suscitó el temor de que pudieran ser finalmente denegados.

Todas estas circunstancias, además de la hostigación que los periodistas sufren al intentar cubrir informaciones delicadas para el Gobierno, han elevado las preocupaciones de organizaciones de derechos humanos y diplomáticos occidentales sobre el aumento de varios tipos de censura hacia los corresponsales.

El caso de Ramzy se suma a otros, como el de la corresponsal del canal en inglés de Al Jazeera, Melissa Chan, a quien el Gobierno chino decidió no renovar el visado en mayo de 2012, lo que supuso la primera expulsión de un periodista extranjero del país asiático desde 1998.

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