Un espectáculo de danza rescata tradiciones navideñas de México

  • El Ballet Folklórico de Amalia Hernández rescata tradiciones navideñas de México como las pastorelas, algunos bailes regionales típicos de esta época del año y villancicos casi olvidados, en un sorprendente espectáculo en el castillo del Bosque de Chapultepec, en pleno corazón de la capital mexicana.

Asela Viar

México, 27 dic.- El Ballet Folklórico de Amalia Hernández rescata tradiciones navideñas de México como las pastorelas, algunos bailes regionales típicos de esta época del año y villancicos casi olvidados, en un sorprendente espectáculo en el castillo del Bosque de Chapultepec, en pleno corazón de la capital mexicana.

"Este es un espectáculo que se ha ido armando a través de un proceso de investigación para concretar una parte de una pastorela, algunas danzas que se ejecutan en distintas partes de México y mucha música de navidad que solemos desconocer de nuestro territorio", afirmó a Efe Amalia Basanta, directora artística de la compañía.

Titulado "Navidades en México", y representado por más de 100 artistas en escena, entre los miembros del coro, los bailarines y los intérpretes del Belén viviente, la obra se vertebra en torno a una pastorela, una pieza teatral tradicional en México que recrea el camino de la Virgen María y San José hasta el Portal de Belén.

Esta tradición, que se remonta a los comienzos del cristianismo y que durante muchos años fue clandestina, fue traída a México por los españoles en 1540, y se convirtió en una popular forma de teatro, que actualmente se representa en barrios y colegios.

Una procesión en honor a la Virgen de Guadalupe y la presencia de diablos y alebrijes, figuras de animales fantásticos, dan inicio a un espectáculo que, a diferencia de otros años, utiliza varios balcones del Castillo de Chapultepec para recrear escenarios en segundo plano en el que aparecen iluminados diversos personajes.

Al aire libre, la obra se interpreta casi cada día hasta el próximo 6 de enero en la explanada de este edificio palaciego con vistas panorámicas de la ciudad, que data de la época del Virreinato y actualmente alberga el Museo Nacional de Historia.

"Es una escenografía natural que te ayuda a conformar el espectáculo. Da muchísimas posibilidades, aparte de que ves el cielo, las estrellas, la estrella de Belén, se conjunta toda una escenografía maravillosa, insuperable", aseguró Basanta.

Precisamente la estrella de Belén, que se aprecia con cielo despejado, es la protagonista de un tema originario de Huajintepec, un pequeño municipio de la costa de Guerrero, interpretado por un grupo de pastores que anuncian el nacimiento de Jesús.

Tras la batalla entre arcángeles y diablos teatralizada con bailes del Estado de México y Puebla, tiene lugar el nacimiento del niño Dios, con el tema Aleluya de fondo, del compositor michoacano Miguel Bernal, un "canto de arrullo navideño", que va acompañado por una procesión de gente con ofrendas e incluso animales vivos.

"Lo más difícil es juntarlos a todos, porque trabajar por separado es mucho más sencillo, pero al unirlos hay que ver que estén todos en el lugar que tienen que estar para que todo funcione bien, inclusive los animales", afirmó la directora poco antes de que diese comienzo el espectáculo.

Posteriormente, con una vistosa llegada al escenario, los Reyes Magos ofrecen un despliegue de danzas, entre las que se encuentra "La danza de moros" de Michoacán, "La danza de listones" de Yucatán, la tradición navideña de "La rama" en Veracruz y otros conocidos bailes de la región como "La bamba" y "El coco".

"Las danzas tradicionales son como una ofrenda del rey mago al niño dios", afirmó Basanta, quien explicó que la fiesta culmina con la pieza "Navidades en Jalisco", en la cual se observa una enorme piñata, música de mariachi y bailes como "El son de la negra" y "El jarabe tapatío", en medio de serpentinas y papeles de colores.

Precisamente, la piñata es uno de los elementos esenciales de la tradicional posada, una fiesta que recuerda el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén, en busca de un lugar para alojarse y esperar el nacimiento de Jesús.

Con forma de estrella de siete picos, cada extremo de la piñata representa un pecado capital y los dulces o frutas que salen de ella simbolizan las bendiciones que reciben quienes participan.

Al estar el Castillo ubicado en lo alto de una colina, la organización dispuso varias furgonetas para que los espectadores pudieran subir y bajar sin esfuerzo hasta la explanada, donde se limitó el aforo a 800 personas en cada actuación para "evitar aglomeraciones".

Además de los bailes tradicionales, hubo piezas creadas por Amalia Hernández, conocida bailarina y coreógrafa mexicana que fundó y dio nombre al Ballet Folklórico de México, según aseguró Basanta, su hija y actual directora de la compañía.

Como colofón, todo el elenco entonó junto al público el villancico Noche de Paz, para "transmitir el mensaje de amor y esperanza para el próximo año".

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