Un estudio desaconseja utilizar aguas residuales en humedales como las tablas de daimiel


Una investigación en la que han participado expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado el riesgo de utilizar aguas residuales para el mantenimiento de los humedales, una práctica que ante la escasez de ríos es habitual en La Mancha, en cuyas lagunas naturales se vierte este tipo de aguas previamente tratadas. De hecho, se ha propuesto recurrir a esta práctica en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, ante la escasez de aguas en el Guadiana.
Según el trabajo, un vertido de aguas residuales mal tratadas produce un aumento excesivo de nutrientes y la consecuente sobreabundancia de algas en los humedales, que junto al aumento de bacterias patógenas en la zona facilitan los brotes de botulismo aviar.
Esta enfermedad es una de las que más muertes de aves acuáticas causan cada año, y en los últimos tiempos ha empezado a afectar a las aves de granja.
Por ello, los autores del estudio advierten de que "más que favorecerla, esta práctica puede tener consecuencias negativas en la conservación de humedales”.
El estudio, que ha sido publicado en la revista 'Applied and Environmental Microbiology' y ha recogido muestras en distintos humedales de La Mancha, revela que la presencia de bacterias patógenas para las aves es mayor en muestras de agua, sedimento y heces en las lagunas que reciben aguas residuales (Navaseca en Daimiel y La Veguilla en Alcázar de San Juan) que en aquellas donde estas no llegan directamente, como en las Tablas de Daimiel.

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