Un experto gallego aconseja salvar las fotos antes de que el tiempo las borre

  • Miguel Álvarez.

Miguel Álvarez.

A Coruña, 26 oct.- El especialista gallego en conservación y difusión de colecciones fotográficas Álvaro Echagüe destaca, en una entrevista con EFE, la importancia de conservar las fotografías antes de que el tiempo actúe y las borre o los retratados en ellas pasen al olvido.

Este profesional lleva dos meses dedicándose a esta ocupación en la coruñesa avenida Juana de Vega, donde desarrolla en la actualidad este minucioso y atractivo trabajo, al que llega después de décadas de contrastada trayectoria en las que ha cultivado, por ejemplo, la labor archivística.

"Mi tarea actual surgió por motivos familiares. Mi tío Juan Antonio siempre fue muy aficionado a la fotografía y recopilaba, como podía, instantáneas familiares. Las familias suelen ser reacias a compartirlas. Pero él lo intentó y se hizo con bastantes. Y yo lo ayudé a intentar clasificarlas, ordenarlas y digitalizarlas para que toda la familia pudiese compartirlas", explica.

La idea, planteada ahora para otros particulares e instituciones, surge para que "los propietarios de estas fotografías las conserven bien, envueltas en papel o en plástico, almacenadas de forma individual, con una temperatura y una humedad óptimas, y guardadas a oscuras".

Además de este trabajo, Echagüe digitaliza las imágenes para que "toda la familia pueda compartirlas" y "corrige todos los defectos" que hayan podido aparecer a lo largo de los años, aunque "lo primero es conservar el original".

En el proceso de digitalización, la fotografía puede datarse con la referencia de los retratados y sus edades, algo de lo que suelen ocuparse las personas de mayor edad de cada clan familiar, al ser los que tienen toda esta información almacenada en la memoria.

"De hecho, una de las cosas por las que creo que está bien hacer esto es porque muchas veces se pierden las referencias de los familiares antiguos cuando van pasando las generaciones. Toda esa información la tiene gente, de ahora, muy mayor. Así que o se hace ya o dentro de unos años nadie puede saber quién está en esas fotos", apostilla.

Echagüe muestra varios ejemplos de fotografías que le han entregado y que no solo están amarilleadas por el paso del tiempo sino que su mala conservación las podría condenar a que las estampas desaparezcan del papel.

En concreto tiene una fotografía que data de 1895, una de las más antiguas que trata, que "se está desvaneciendo" y, de hecho, ya "no se ven los zapatos", muestra.

"Se conservaba en un marco, expuesta a la luz del sol y con mucha humedad", añade.

Su técnica es tan meticulosa que puede llegar a dedicar dos días enteros a una sola fotografía, como ocurre en este caso, en el que borra una mancha y "se corrigen los dominantes de color", y esto entre otras cuestiones, todo para lograr "de nuevo" lo que existía originalmente.

La labor de Álvaro Echagüe no solo es de conservación, pues ayuda a clasificar las diferentes colecciones fotográficas según los criterios del cliente, y puede llegar incluso a crear una página web para el mejor manejo de la base de datos.

Su consejo para un buen cuidado es claro y muy sencillo: es necesario conseguir que cada documento se conserve bien "en papel, en carpetas, guardado en un armario a oscuras y que no tenga mucha humedad".

Asume Echagüe con el máximo cuidado cada fotografía que recibe, y hasta les hace "un seguro, por si acaso". Trata cada original con guantes, por ser "un material muy sensible", y toma todas estas precauciones antes de devolverlos, mejorados, "lo más rápido" posible. EFE

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