Un fotógrafo español en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático

  • El español Daniel Beltrá, uno de los fotógrafos de naturaleza más prestigiosos del mundo, se ha colocado en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático con imágenes que intentan agitar la conciencia ecológica del ser humano.

Ignacio Ortega

Moscú, 3 dic.- El español Daniel Beltrá, uno de los fotógrafos de naturaleza más prestigiosos del mundo, se ha colocado en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático con imágenes que intentan agitar la conciencia ecológica del ser humano.

"Estamos cada vez más separados de la naturaleza. Parece mentira que necesitemos catástrofes como el 'Sandy' para despertar. Las imágenes de una Manhattan inundada han abierto los ojos a los norteamericanos", señaló a Efe el fotógrafo residente en Seattle (EEUU).

Mientras otros optan por fotografiar la belleza incomparable de la naturaleza de nuestro planeta, Beltrá prefiere adentrarse en el lado oscuro del impacto del ser humano en el ecosistema.

"Ojos que no ven, corazón que no siente. Las imágenes de los efectos del cambio climático son terribles pero, al mismo tiempo, bellas. Mi misión es traducir la ciencia en imágenes, transformar las emisiones de carbono en fotos", señala.

Su cámara ha captado la deforestación reflejada en un barco con pasajeros varado durante meses en la Amazonía brasileña, la codicia del hombre en los ojos de unos pelícanos ennegrecidos por el vertido en el Golfo de México o el deshielo ártico en el salto de un oso polar entre dos témpanos.

Beltrá, galardonado con el World Press Photo en 2006 y 2007, cree que el cambio climático no es una cuestión de fe o de ideología, sino "una verdad tan grande como que la Tierra es redonda".

"El planeta se está calentando a un ritmo más rápido que nunca antes en la historia. No se puede negar, a no ser que tengas mala fe. Los que niegan el cambio climático, son los mismos que decían a Galileo que la Tierra era plana", dice.

El exvicepresidente de Estados Unidos Al Gore escogió las fotos de Beltrá sobre el glaciar Upsala para el documental "Una verdad incómoda" (2006), ganador de un Óscar; mientras que la Fundación Príncipe Carlos de Inglaterra premió en 2009 sus escalofriantes imágenes sobre el deterioro del pulmón terrestre: la Amazonía.

Beltrá, que comenzó su carrera como fotógrafo en la Agencia EFE (1989-92), no se duerme en sus laureles y acaba de regresar del Ártico, donde ha congelado con su cámara la acelerada reducción de los hielos.

"Las previsiones apuntaban a un mínimo histórico de la capa de hielo que cubre el Ártico. Los peores presagios se cumplieron. Hemos perdido una barbaridad de hielo. Hemos pasado del 29 por ciento en 2007 al 24 por ciento este año", señaló.

Sobran las palabras. Sus más recientes fotos sobre el Ártico ya no muestran un paisaje lunar o un desierto helado, sino una radiografía con blancos (el hielo), negros (el agua) y grises (deshielo), un mosaico de hielo agrietado, un puzzle inacabado.

"Me sorprendió ver tantos grises en las masas de hielo, cuando debería ser una imagen blanca, casi monocromática. Eso quiere decir que siguen derritiéndose. Los científicos me dijeron que nunca habían visto algo igual", indica.

Como en muchas ocasiones, Beltrá viajó a la última frontera a bordo del Arctic Sunrise, el buque insignia de Greenpeace, organización con la que colabora desde hace más de 20 años.

"Desde el aire se ve todo mucho mejor. La primera vez que me subí a un helicóptero fue de casualidad, pero una vez tomas esa perspectiva, esa distancia, ya no te quieres bajar. Si ves un bosque quemado a mil metros de altura, la sensación del impacto es mucho mayor y la belleza, también", apunta.

"A vista de pájaro", esa es la marca registrada por este fotógrafo madrileño, que lleva 20 años documentando el cambio climático y desastres naturales como el del naufragio del petrolero "Mar Egeo" en Galicia (1992), pero recuerda que sólo recientemente su labor atrajo la atención del gran público.

"La cobertura de la sequía en el Amazonas en 2005 cambió mi carrera. Pensé que sería difícil fotografiar la selva y el río más caudaloso del mundo, pero lo que me encontré es un barco varado durante meses en la arena debido a la caída del nivel de agua", señala.

Beltrá no cree en la neutralidad o en la objetividad: "Tomo partido. Cuando me subo en una avioneta, puedo mostrar el bosque perfecto o la deforestación, ya que las dos cosas están juntas".

Recientemente, ha encontrado otro medio de cambiar la percepción del público: la fotografía ecológica o conservacionista como arte y su presencia en museos, galerías de arte, bibliotecas, parlamentos o acuarios.

"Nadie quiere vivir sin agua potable y con un aire contaminado. Debería ser un derecho básico de la persona. Los recursos no son infinitos. Vivimos en un acuario cerrado. Animales y personas. Si no pasas la fregona de vez en cuando...", advierte.

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