Un hotel abandonado en la isla griega de Kos acoge a más de 600 refugiados

    • Los refugiados, la mayoría sirios, duermen en el suelo entre escombros y cristales rotos en un edificio destartalado con una capacidad para un máximo de 200 personas
    • Atraviesan el mar Egeo en pequeñas embarcaciones de plásticos en las que viajan hasta 50 personas
Crisis migratoria en Grecia MSF / Alessandro Penso
Crisis migratoria en Grecia MSF / Alessandro Penso

El hotel Capitán Elías estuvo abandonado durante muchos años. Con el aumento de la llegada de inmigrantes a la isla de Kos, sus paredes, aunque en ruinas, sirven de cobijo a centenares de refugiados sirios procedentes de Turquía.

Stathis Kyroussis, coordinador de MSF en Grecia, explica a este medio que son unos 700. "Viven en condiciones precarias, con poca higiene y sin seguridad", señala. Duermen en el suelo entre escombros y cristales rotos en un edificio destartalado con una capacidad para un máximo de 200 personas. La situación es insostenible y vergonzosa. Los refugiados que llegan en masa a las costas griegas proceden de Turquía y la mayor parte son sirios que huyen de la sangrienta y larga guerra que lleva cuatro años azotando a su país.

La distancia que separa Turquía de Grecia es solo 8 kilómetros. Los sin papeles atraviesan el mar Egeo en pequeñas embarcaciones en las que suben familias enteras, incluidos niños. Las mafias les dejan a pocos metros de la playa. El único equipaje que llevan es una bolsa negra de plástico, con capacidad para poco más de 30 litros. En su interior, su vida, sus recuerdos y sus sueños.

El periplo desesperado de los refugiados empezó 860 kilómetros de distancia atrás y probablemente bastantes meses antes. Tras cruzar la frontera turco-siria, permanecen días y semanas en los saturados campos de refugiados turcos hasta que consiguen los 1.200 euros que cobran las mafias para cruzar a Grecia, según The Telegraph.

Mohammed llegó desde Afganistán. En declaraciones a MSF explica que "el viaje en la embarcación de plástico fue muy peligroso." Según este joven, de solo 26 años, los traficantes aseguran que solo 25 personas viajarán en la embarcación pero al montarse, hay al menos 50. "Los traficantes te apuntan con un arma. Si no subes, dicen que te matan. Tenía mucho miedo y solo pensaba en mi familia. Tuve suerte de llegar a la costa".

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) calcula que más de la mitad de los inmigrantes y refugiados que llegaron entre enero y julio de 2015 a la UE entraron por Grecia. El organismo cifra en más de 225.000 los inmigrantes llegados a la UE, de los cuales unos 124.000 desembarcaron en el país heleno, principalmente en las islas de Lesvos, Kos, Quios, Samos y Leros.

En este sentido las llegadas a Grecia han aumentado un 750 por ciento entre el 1 de enero y el pasado 31 de julio con respecto al mismo periodo del año pasado. Sólo en el mes de julio desembarcaron 50.000 inmigrantes en Grecia, 20.000 más que el mes anterior.

Save The Children da la voz de alerta. Al menos, 4.200 niños inmigrantes llegaron a alguna a las islas griegas en junio de forma ilegal, 86 de ellos solos, y corren el riesgo de ser víctimas de explotación y de contraer enfermedades debido a la escasez y la saturación de los centros de recepción.

El director adjunto de Frontex, Gil Arias en declaraciones a la www.informacion.com asegura que "la presión migratoria en las islas griegas es el punto más preocupante del Mediterráneo" Además, "la situación económica del país grava este problema porque las autoridades no disponen de medios para alimentar a la gente y la mayoría de ellos duermen en la calle. Las autoridades griegas no tienen capacidad para albergarles en centros de acogida ni medios financiera".

Precisamente el pasado viernes el primer ministro, Alexis Tsipras aseguró que "el problema nos sobrepasa. Grecia es un país que sufre una crisis económica y se enfrenta a una crisis humanitaria dentro de esa crisis".Así está el campamento de Moria en la isla de Lesbos

Deshevan, tiene 26 años. Llegó al campamento con su familia, su mujer, su hermana y su bebé. Aseguran que "todo está muy sucio y solo hay un pequeños grifo para beber agua y lavar la ropa". Aseguran que no hay comida, pero no les importan. Lo único que desean es arreglar sus papeles para salir del campamento e iniciar una nueva vida, lejos de la guerra, lejos de las garras de Estado Islámico.

Leia, de 31 años, y Jorahan de 35 son de Kunduz, en Afganistán. En declaraciones a MSF subrayan que "la vida es muy dura para ellos porque no tiene comida, ni dinero. Dicen que al igual que el resto de sus compatriotas solo querían arreglar sus papeles y salir de este campamento. "Este no es lugar para los humanos".

Miles de los recién llegados se ven forzados a acampar al aire libre, muchos de ellos en Kara Tepe: una parcela de tierra sin ningún tipo de organización y donde la gente tiene escaso o inexistente acceso a agua potable, techo, letrinas y atención médica. Pese a los esfuerzos de las autoridades para distribuir comida, las raciones son insuficientes para cubrir las necesidades de la gente. Grecia es escenario de otra tragedia.

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