Jordan Brown podría convertirse en la persona más joven condenada a cadena perpetua en los Estados Unidos si sus abogados no lo remedian. El chico está acusado de doble homicidio por asesinar en febrero de 2009 a la novia de su padre, embarazada y a la que le faltaban dos semanas para salir de cuentas.
La Fiscalía de Pensilvania presiona para que el tribunal acepte juzgar a Brown como a un adulto, por lo que podría terminar el resto de su vida en la cárcel si es declarado finalmente culpable del asesinato.
Organizaciones pro derechos humanos como Amnistía Internacional señalan que el juicio podría violar el derecho internacional. Susan Lee, directora de la organización en América, ha manifestado en su página web que el sistema judicial estadounidense no es coherente con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos.
Estados Unidos es el único país del mundo que permite aplicar la cadena perpetua a menores de edad. Sólo la nación gobernada por Barack Obama y Somalia han rechazado la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, que excluye las sentencias de cadena perpetua para crímenes cometidos antes de los 18 años.
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