Un poquito de "jet lag" debido al cambio de hora

  • El cambio de hora en la madrugada del sábado al domingo permite ganar sesenta minutos al fin de semana, pero no todo son buenas noticias: de ahora en adelante la luz se irá antes y los cambios anímicos son mayores que los biológicos.

Mariola Agujetas

Madrid, 26 oct.- El cambio de hora en la madrugada del sábado al domingo permite ganar sesenta minutos al fin de semana, pero no todo son buenas noticias: de ahora en adelante la luz se irá antes y los cambios anímicos son mayores que los biológicos.

El cambio al horario invernal es menos duro que al veraniego, igual ocurre cuando se viaja.

El "jet lag" es mucho más intenso si se va de oeste a este. Si se hace al contrario, se gana tiempo al tiempo y las consecuencias para el organismo son menores -es la situación que se vivirá en la madrugada del sábado al domingo-.

En una entrevista con Efe, el jefe de Neurología del Hospital Infanta Cristina de Parla (Madrid), David Pérez, explica que "en el cambio del horario primaveral las consecuencias duran tres o cuatro días, pues perdemos una hora, pero en el invernal, en un día estaremos adaptados sin necesidad de realizar adaptación alguna los días previos".

Según Pérez, que es también director de la Fundación del Cerebro, no se sabe el porqué pero el cuerpo está más habituado a tener jornadas más prolongadas de veinticuatro horas que al contrario.

"Cuando se han realizado experimentos se observa que el horario circadiano (ritmo biológico durante un día) no es de veinticuatro sino que se prolonga a veinticinco o más horas y está muy influido por estímulos externos como el sol, etc. Pero cuando un sujeto se encuentra en una cueva o en una estación espacial, y come o duerme cuando quiere, los tiempos tienden a prolongarse", añade.

Esta medida, que aplican todos los Estados miembro de la Unión Europea, también influye más en ancianos y en los más pequeños, aunque estos últimos tienen una gran facilidad de adaptación.

En el caso de los ancianos, sus horarios de sueño son más cortos, y por tanto el cambio, en el porcentaje de sueño total, es mayor, señala el especialista.

Las personas que sufren enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer o el Parkison, lo sufren mucho más.

"Estos pacientes -agrega Pérez- tienen un caos en el ritmo biológico, somnolencia durante el día, insomnio por la noche. Si añadimos cambios horarios producidos por el ser humano las consecuencias pueden ser peores".

No caben excusas "físicas" el próximo lunes tras el cambio horario, pero puede que el ánimo se vea afectado.

"Podemos estar influenciados, no tanto por el cambio de horario de sueño, que influye de manera indirecta sino por las horas de oscuridad. Manteniendo los horarios, la actividad que hacíamos antes, lograremos mantener el ritmo previo al cambio horario sin notarlo especialmente", aconseja el doctor.

A pesar de sentirnos extraños o un poco más bajos de ánimo, no debemos automedicarnos.

"El cambio de horario y luminosidad del verano al invierno es una circunstancia normal de la vida que no hay que medicalizar. Nos puede costar un poco, pero no hay que recomendar ninguna medicación", afirma.

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