Un rincón de Europa donde el tiempo se detuvo y se puede veranear casi gratis

  • Aún existen en Europa oasis remotos de una naturaleza virgen cuya belleza se puede disfrutar sin necesidad de rascarse el bolsillo.

Mimoza Dhima

Përmet (Albania), 14 jun. - Aún existen en Europa oasis remotos de una naturaleza virgen cuya belleza se puede disfrutar sin necesidad de rascarse el bolsillo.

Se trata de la localidad de Përmet, situada a unos 230 kilómetros al sureste de la capital de Albania y apenas a 35 kilómetros de la frontera con Grecia.

A poca distancia de esta ciudad de 8.500 habitantes uno puede darse un chapuzón en las aguas termales que emanan de las grandes rocas por donde fluye el río Langarica, afluente del Vjosa, uno de los últimos grandes ríos salvajes de Europa.

Para entrar en estas piscinas naturales no hay puertas, simplemente uno tiene que bajase del coche, enfundarse el bañador y tirarse al agua rica en sulfuro y otros minerales que curan enfermedades de la piel, el estómago y los huesos.

Mientras el cuerpo se relaja en el agua, a unos 28 grados centígrados, los ojos contemplan un bonito puente otomano de piedra de 300 años de antigüedad detrás del cual, al fondo, se levantan las altas cimas del monte Nemërçka (2.482 metros), cubiertas de nieve aún en esta época del año.

El tiempo se ha detenido en esta aislada y montañosa zona, incluso en el centro urbano de Përmet, que parece un museo al aire libre de la época comunista.

La plaza central está dominada por una enorme estatua de un partisano que recuerda el Congreso del 24 de mayo del 1944 donde fue elegido presidente del Gobierno provisional el líder comunista Enver Hoxha, quien tras la expulsión de los invasores fascistas dirigiría el país férreamente durante décadas.

"Pese a que Përmet ofrece de todo, excepto mar, el turismo aquí empezó a despuntar sólo hace tres años. El año pasado lo visitaron 15.000 personas y es ya un logro", explica a Efe el joven alcalde de la ciudad, Gilbert Jaçe.

Con una tasa de paro del 30 %, escasas inversiones públicas -las últimas fueron realizadas hace 50 años, durante el comunismo- y el retorno a casa de los emigrantes por causa de la crisis económica en la vecina Grecia, Jaçe sostiene que la zona podrá progresar sólo gracias al desarrollo turístico.

El parque nacional de Hotova, de 1.200 hectáreas y famoso por sus bosques de abetos; el cañón del río Langarica, donde se puede practicar rafting, y la rica oferta de productos naturales podrían lograr el objetivo de atraer al turismo, sostiene el primer edil.

Përmet es conocido en Albania por su 'raki' (aguardiente), 'gliko' (confitura de frutas) y sus particulares 'kaba me saze', música de clarinete interpretada por maestros gitanos.

Si la visita a las atracciones naturales del lugar es gratuita, los precios de la estancia son más que convenientes para todos los bolsillos: una noche de hotel se sitúa en torno a 10 euros por persona y una sabrosa comida a base de cabrito, 'përshesh' (masa de harina asada en el horno y ablandada con caldo de carne), 'japrak' (hoja de parra rellena de arroz, cebollas tiernas y especias), achicoria y raki o vino no cuesta más de 8 euros.

De una lista de 52 países, el diario estadounidense 'The New York Times' ha sugerido Albania como cuarto mejor destino turístico para 2014.

El año pasado el sector turístico aportó a las arcas albanesas 1.100 millones de euros, el 12 % del Producto Interior Bruto, mientras que este año las autoridades esperan que el país sea visitado por unos 3,5 millones de turistas.

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