Una enferma irlandesa pide al Supremo que le evita una muerte "humillante"

  • El Tribunal Supremo irlandés inició hoy la revisión del recurso presentado por una mujer en estado terminal que pide recibir de su marido un suicidio asistido, prohibido en este país, para evitar una muerte "dolorosa, humillante y angustiosa".

Dublín, 26 feb.- El Tribunal Supremo irlandés inició hoy la revisión del recurso presentado por una mujer en estado terminal que pide recibir de su marido un suicidio asistido, prohibido en este país, para evitar una muerte "dolorosa, humillante y angustiosa".

Marie Fleming, una exprofesora universitaria de 59 años que padece esclerosis múltiple, ha apelado ante el Supremo después de que un tribunal le denegase el pasado enero el derecho a que su marido le ayude a quitarse la vida.

Durante la presentación hoy del caso ante el Supremo de Dublín, el primero de este tipo en Irlanda, el abogado de Fleming, Brian Murray, recordó que a su clienta, quien lleva más de 25 años en silla de ruedas, le quedan "entre meses y dos años de vida".

"Desea acabar con su vida y morir, no cuando su cuerpo se vea abrumado por su enfermedad y al final del sufrimiento que experimenta en la actualidad, sino que quiere morir en paz y cuando ella decida de qué manera", explicó el letrado.

Según Murray, Fleming no pide "que otra persona la mate", pues "desea y puede dar el paso físico definitivo por sí misma", pero su "condición física", precisó, no le permite "acabar con su vida sin ayuda".

El abogado de la enferma, madre de dos hijos, insistió hoy en que la legislación vigente viola sus derechos personales y a la vida, de acuerdo con los principios recogidos en la Constitución irlandesa y en la Convención Europea de Derechos Humanos.

En Irlanda, el suicidio asistido está prohibido en virtud de la llamada "Ley de Derecho Criminal (Suicidio)" de 1993, y está castigado con un máximo de 14 años de cárcel para quien "ayude, instigue, aconseje o procure" un suicidio asistido.

El Alto tribunal de Dublín, compuesto por tres jueces, desestimó el pasado 10 de enero estos argumentos al asegurar que la legislación no "infringe de manera desproporcionada" los derechos constitucionales de la demandante.

Para la defensa de Fleming, la ley no solo viola sus derechos, sino que la discrimina también frente a las personas "capaces y sanas" que pueden acabar libremente con su vida.

Dada la importancia de este caso, sin precedentes en la jurisprudencia irlandesa, el Tribunal Supremo estará formado por siete jueces, que durante tres días analizarán el recurso de apelación, aunque se espera que la petición de Fleming tampoco prospere en esta ocasión.

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