Una estatua en Oxford despierta el fantasma del colonialismo británico

  • El legado venenoso del colonialismo en África ha suscitado un acalorado debate en el Reino Unido que tiene como protagonistas a la prestigiosa Universidad de Oxford, a varios exalumnos notorios y a los estudiantes.

El objeto de debate es una estatua en una fachada de la calle principal de Oxford que representa a Cecil Rhodes, el magnate de la época victoriana que fundó la empresa de diamantes De Beers y lo que hoy es Zimbabue, antes Rodesia en su honor.

"Poner a alguien literalmente en un pedestal es condonar tácitamente su legado", dijo Daisy Chandley, una estudiante de primer año y militante de la campaña "Rhodes tiene que caer".

Manchada por el tráfico de una calle concurrida y por las palomas, la estatua se encuentra todavía en una magnífica ubicación, en el corazón de la comunidad universitaria de Oxford.

Una inscripción en la estatua rinde homenaje a Rhodes -un supremacista blanco al igual que muchos de los que levantaron el Imperio Británico- por el gran donativo que hizo a la facultad Oriel de la universidad.

Inspirada en la campaña que forzó la retirada de una estatua de Rhodes en la Universidad de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, los activistas han estado pidiendo a la universidad británica que haga lo mismo.

Las campañas son distintas pero los partidarios de Oxford utilizan la misma etiqueta que los de Ciudad del Cabo en las redes sociales, #RhodesMustFall, y sus acciones han alimentado un debate político tanto en Sudáfrica como en el Reino Unido, que trasciende a la estatua.

"Siempre hubo quienes cuestionaron la estatua, así como el racismo más amplio en la universidad, pero el movimiento en Sudáfrica hizo que se debatieran problemas similares que existen en Oxford y motivó la acción colectiva", dijo Chandley.

La universidad rechaza las acusaciones de racismo, pero el Oriel College prometió este diciembre hacerse "más diverso e inclusivo" en respuesta a la campaña.

Los responsables de la facultad prometieron que retirarían una placa conmemorativa de Rhodes en la pared de otro edificio, y se impusieron un periodo de seis meses para escuchar y reflexionar sobre la estatua.

La universidad dijo que los valores de Rhodes "contrastan absolutamente con el espíritu del programa de becas de hoy en día y con los valores de una universidad moderna".

Prometió además poner un cartel en una ventana contigua a la estatua afirmando que "la universidad no disculpa o glorifica sus opiniones o actos". Pero, al mismo tiempo, destacó la contribución positiva de las becas Rhodes, que han permitido a 8.000 estudiantes de todo el mundo estudiar en Oxford, entre ellos el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton y el ex primer ministro de Australia, Tony Abbott.

Uno de los organizadores de la campaña, el sudafricano Ntokozo Qwabe, recibió una beca Rhodes el año pasado y se ha defendido de las acusaciones de hipocresía diciendo que él sólo está recuperando parte del dinero que Rhodes sacó de África.

"No soy un beneficiario de Rhodes. Soy un beneficiario de los recursos y el trabajo de mi pueblo que Rhodes saqueó y esclavizó", escribió en Facebook.

Académicos, políticos y famosos exalumnos de Oxford han terciado en el debate sobre la conveniencia o inconveniencia de honrar a un hombre que fue un importante motor de la expansión territorial británica en el sur de África.

Un detractor de la campaña para retirar la estatua la comparó incluso con la destrucción de monumentos de la organización Estado Islámico.

En una carta al diario The Times, el último presidente blanco de Sudáfrica, Frederik de Klerk, que compartió el Premio Nobel de la Paz con el símbolo antiapartheid Nelson Mandela, rechazó la campaña y la tildó de "locura".

"Si la corrección política de hoy en día se aplicara sistemáticamente, muy pocas de las grandes figuras de Oxford pasarían la prueba", escribió De Klerk, quien fue clave para poner fin a la segregación racial en Sudáfrica.

Los Combatientes de la Libertad Económica, un partido de extrema izquierda de Sudáfrica, expresaron "indignación" por los comentarios de De Klerk y pidieron que se le retire el Nobel.

"Todo el apartheid y las estatuas y símbolos coloniales deben caer, no sólo aquí en Sudáfrica, sino en todo el mundo", dijo el partido en un comunicado.

Pero en una carta abierta al diario The Independent de Gran Bretaña, Abbott dijo que Rhodes fue solamente "un hombre de su tiempo".

"La universidad debe recordar que su misión no es reflejar la moda, sino buscar la verdad, y eso significa esforzarse para entender las cosas, antes de apresurarse a juzgarlas", afirmó.

dt/jwp/al/avl

Mostrar comentarios