Una "sexagenaria" con mucho carácter

  • Cinco días después de su incidente de tráfico en Madrid Esperanza Aguirre ha intentado zanjar un asunto que le parece desproporcionado y ha querido presentarse ante la prensa como una simple "sexagenaria" multada, aunque no ha podido evitar que su fuerte carácter rompiera con esa imagen varias veces.

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Isidro Alcalá

Madrid, 8 abr.- Cinco días después de su incidente de tráfico en Madrid Esperanza Aguirre ha intentado zanjar un asunto que le parece desproporcionado y ha querido presentarse ante la prensa como una simple "sexagenaria" multada, aunque no ha podido evitar que su fuerte carácter rompiera con esa imagen varias veces.

Cuando la infracción que cometió y la posterior "huida" de los agentes de Movilidad del Ayuntamiento todavía no se ha olvidado, la rueda de prensa que normalmente ofrece tras la reunión del Comité de Dirección del PP de Madrid ha puesto a Aguirre a tiro de las preguntas de los periodistas.

Aunque esta vez eran muchos más medios de comunicación de los habituales, como ella misma se ha encargado de repetir al entrar en la sala de prensa, mientras escudriñaba las caras nuevas y decía: "No te reconozco a ti. Ni a ti".

"Da gusto ver caras conocidas", decía al identificar a algunos periodistas habituales al llegar al atril, donde ha colocado los papeles que después ha consultado, mirándolos en varias ocasiones, mientras daba explicaciones de su "incidente" de tráfico.

Con la misma actitud resuelta con la que llegó a la calle Génova por la mañana -al entrar a la sede del PP dirigió cinco simples palabras a los periodistas que la esperaban: "¿Preocupados por Eguiguren, el maltratador?"-, Aguirre se ha expuesto a las preguntas de los informadores, aunque enseguida ha empezado a dar muestras de impaciencia.

"Parece como si en España no hubiera problemas más importantes que le pusieran una multa a una sexagenaria con su coche particular", se ha llegado a quejar.

Ya desde la primera pregunta -que una informadora quería hacerle en inglés- ha dejado salir su carácter: "Pero tú hablas en español ¿no? Pues pregúntame en español", le ha espetado.

Casi desafiante en varias ocasiones, ha reiterado sus disculpas por la infracción cometida y ha repetido sus explicaciones de lo que ocurrió con los agentes. Y a partir de ahí se ha negado a responder a cualquier otra cuestión al respecto, incluso interrumpiendo muchas de las preguntas sin terminar de escucharlas.

"He dicho que no voy a contestar más preguntas"; "No voy a hacer declaraciones sobre este asunto más de las que ya he hecho"; "Ya sabía yo que iban a insistir, pero no voy a contestar", repetía una y otra vez, mientras algunos informadores insistían: "No tengo más remedio que volver al tema", decía una periodista, a la que inmediatamente replicó: "Pues no le voy a contestar". Y punto.

La impaciencia le ha llevado a contestar con tono cansado preguntas de otros temas, como una sobre si Mariano Rajoy debe apurar hasta el final para designar al candidato a las elecciones europeas. "La respuesta es no". ¿Y a los candidatos a las elecciones autonómicas y municipales de 2015? "Nooooo. Más preguntas", ha respondido impaciente.

Mientras todo esto ocurría en el interior de Génova, en la calle, unos pocos metros más abajo, varios agentes de Movilidad del Ayuntamiento -ajenos a lo que hacía la presidenta del PP- se afanaban en ordenar el tráfico en la plaza de Colón, entorpecido por una inoportuna avería en los semáforos.

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