Una universidad para aprender a ser padre y no morir en el intento

  • Con un enfoque muy práctico y adaptado a las necesidades y problemas de cada edad, la Universidad de Padres ofrece asesoramiento en la tarea de educar a los hijos. Se trata de una fundación sin fines de lucro, creada por el filósofo y experto en educación José Antonio Marina y que dicta sus clases a través de internet.
"La mejor combinación para educar a los hijos es calidez y exigencia"
"La mejor combinación para educar a los hijos es calidez y exigencia"
L.Pintos / M.Fernández
Laura Pintos

Hay una universidad en la que todos sus alumnos tienen hijos y en la que se estudia, justamente, cómo educar a los niños. Es la Universidad de Padres (UP) creada por el filósofo José Antonio Marina para ayudar en el difícil camino de la crianza y la transmisión de valores y conocimientos a los más pequeños.

La UP, que acaba de abrir la matriculación para el próximo curso, funciona a través de una plataforma online para responder a la falta de tiempo de los padres. Cada ciclo dura nueve meses; está destinado a familias con niños de hasta 15 años, a las que se les asigna un tutor, y demanda alrededor de cinco horas al mes de dedicación.

Bajo el lema "para educar a un niño, hace falta una tribu entera", la entidad se ha convertido el año pasado en una fundación sin ánimo de lucro.

"Queríamos dejar claro que esto no es un negocio", explica su fundador, quien señala que los padres deben pagar una matrícula de 100 euros por curso para "reforzar su compromiso" y porque el proyecto tiene varías vías de ingreso para lograr ser autosuficiente y esta es una de ella. Otra es la venta de los libros de la Biblioteca UP, cuyos derechos ha cedido íntegramente.

El objetivo de esta original universidad es enseñar a los padres a desarrollar en sus hijos "los recursos intelectuales, emocionales y morales suficientes para estar en buena forma cuando dejen la etapa educativa y poder así resolver sus problemas, tomar decisiones y evitar conductas de riesgo".

Para ello, los expertos que trabajan en esta iniciativa, que sigue los lineamientos de la "educación para el talento", proponen programas teóricos y prácticos para atender a las necesidades y problemas de cada etapa evolutiva de los pequeños.

Marina considera que las tres capacidades básicas que debe tener un padre para educar a sus hijos son la ternura, la exigencia y la comunicación ("la inteligencia y la afectividad se desarrollan a través de la palabra, dice), además del empeño que ponga en esta tarea.

El filósofo asegura que UP "está de parte de los padres", y por eso su enfoque está orientado hacia darles las herramientas y un asesoramiento personalizado para saber qué hacer en cada momento.

Pero también –y este aspecto es el último en incorporarse a la universidad tras comprobar que existe una demanda- hacia ayudarles a no descuidar su vida personal a través de la Escuela de Parejas.

Marina considera fundamental mejorar la comunicación entre educadores y padres y "trabajar al unísono" en el objetivo que comparten, así como tener claro que "no hay niño incapaz de aprender" y que "todos los niños pueden mejorar".

También, que los padres deben eliminar la culpa de sus sentimientos, especialmente la que "aún subsiste" entre las mujeres trabajadoras.

A partir de octubre próximo nuevas familias dispuestas a mejorar su convivencia y encontrar la forma de "criar niños felices" se sumarán a las aulas virtuales de UP. Marina y su equipo las esperan para compartir ese desafío.

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