El Gobierno balear ha decidido comenzar una matanza de cabras para tratar de salvar una serie de plantas endémicas del islote de Es Vedrà, en la isla de Ibiza. Esta población fue trasladada a este lugar en el siglo pasado y podría haber llevado prácticamente a la extinción de varias plantas del lugar. La idea inicial es matar entre 37 y 45 ejemplares.
Este animal llegó a la isla en diferentes periodos del siglo pasado, aunque se desconoce momento exacto. En Ibiza, dicen fue una tradición centenaria impulsada por un puñado de familias propietarias de la roca, que se hacen llamar vedraners. En 1992, se introdujeron doce ejemplares. Estas familias, al igual que sus antepasados, cazaban un ejemplar la víspera del domingo de Pascua, usando únicamente sus manos y la guía de embarcaciones desde el mar. Posteriormente, el ejemplar lo llevaban a tierra, lo asaban y se lo comían en comunidad.Hace más de 15 años se detectaron los primeros efectos nocivos
A finales de los 90, agentes de Medio Ambiente detectaron los primeros efectos nocivos de las cabras sobre las 166 especies, 12 de ellas endémicas de plantas, que muchas han quedado al borde de la extinción. En primer lugar, pidieron a sus propietarios que las retiraran, pero no hicieron caso.
El Servicio de Protección de Especies descubrió que las cabras también afectaban a la población de otras especies de animales como las lagartijas y las aves marinas. Las cabras, al morder, arrancan toda la planta, raíz incluida, y eso provoca que no puedan volver a crecer.
Los daños causados sobre todos a las sabinas, que han alcanzado unas dimensiones espectaculares. Algunas especias han desaparecido, como por ejemplo la denominada manzanilla des Vedrà (Santolina chamaecyparissus ssp. Vedranensis), una subespecie que no crece en ningún otro lugar del mundo.El Gobierno balear recomienda que los ciudadanos no se acerquen al islote
El Gobierno balear en principio preguntó a los propietarios si las cabras eran suyas. Estas familias guardaron silencio, pues de haberlo confirmado se hubieran enfrentado a importantes sanciones por un delito contra el Medio Ambiente. Tras esto, han decidido terminar con el problema a su modo.
La matanza comenzó ayer y se prolongará durante dos o tres días más. La ejecución será llevada a cabo con escopetas de percusión con mirilla del calibre 22, a manos de Control de Fauna del Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Baleares (COFIB). Tras terminar con este trabajo, la isla se mantendrá en cuarentena, puesto que las cabras no han pasado ninguna revisión sanitaria. Lo más probable es que los animales sacrificados se queden en el islote para siempre. El Gobierno balear ha pedido a los ciudadanos que los días que dura la operación nadie se acerque al islote ante el riesgo de recibir un disparo.
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