Uruguayos y venezolanos son los que más valoran la democracia en América

  • Los uruguayos y los venezolanos son los ciudadanos de América que más apoyan la democracia como sistema político y los hondureños los que menos, según un estudio presentado hoy en Montevideo que también alerta sobre la persistencia de las desigualdades en la región.

Montevideo, 25 jun.- Los uruguayos y los venezolanos son los ciudadanos de América que más apoyan la democracia como sistema político y los hondureños los que menos, según un estudio presentado hoy en Montevideo que también alerta sobre la persistencia de las desigualdades en la región.

Los datos forman parte del informe "Cultura política de la democracia en Uruguay y en las Américas 2012", realizado a través del Proyecto de Opinión Pública en América Latina (LAPOP por sus siglas en inglés)

El documento muestra la visión que cada ciudadano tiene de su país y está basado en más de 178.000 encuestas realizadas en el pasado año a 26 naciones de América y con una muestra media de 1.500 personas por país.

A la afirmación "puede que la democracia tenga problemas, pero es mejor que cualquier otra forma de Gobierno", en una escala del 0 al 100 siendo 0 "muy en desacuerdo" y 100 "muy de acuerdo", los uruguayos encuestados dieron una nota de 86,5 al sistema, siendo los líderes del ránking de países de América.

Le sigue los encuestados de Venezuela (85,3), Argentina (83,2), Estados Unidos (76,4) y Canadá (76,3).

En cambio, los hondureños son los que menos apoyo otorgan al sistema, con una nota de 52,6, seguidos por Guatemala (61,7), Bolivia (61,8) y Perú (63,6).

Los colombianos se sitúan en la posición 19 de los 26 consultados (68,3), México en la vigésima (68), Brasil en la decimoquinta (70,5) y Chile en la décima (74).

Según la doctora en Comunicación y coautora del estudio, María Fernanda Boidi, uno de los aspectos que más preocupa sobre estos datos es el "deterioro de los valores democráticos en Costa Rica durante los últimos años, un país que durante tiempo se ponía como modelo en este ámbito".

"Si bien el apoyo a la democracia sigue siendo importante en el país (75,1) desde 2008 vemos que viene decreciendo", alertó.

En la última encuesta de LAPOP de 2010, el apoyo de la democracia en Costa Rica era del 80,4.

En total, la media de apoyo al sistema democrático en América es de 71,5 sobre 100, lo que representa un aumento de una décima respecto a los anteriores datos.

En las diferentes encuestas que se realizaron a los americanos se preguntaron por diferentes temáticas como la igualdad, la discriminación y el acceso a los servicios del Estado.

Preguntados si en alguna ocasión se sintieron discriminados en el trabajo o la escuela por cualquier motivo, los encuestados de Trinidad y Tobago fueron los que más (un 23,4% de los encuestados) mientras que los venezolanos son los que menos (3,6%).

Boidi, doctora en Comunicación por la Universidad de Montevideo, señaló a Efe que la desigualdad social "sigue siendo la gran asignatura pendiente de América, pese a que la situación ha mejorado en los últimos años".

"Tenemos democracia en mayor o menor nivel pero aún hoy tenemos ciudadanos que no están percibiendo los beneficios de esta democracia y se ven discriminados por motivos de raza, sexo, color de piel", explicó.

Otra de las grandes preocupaciones que se extraen del estudio es que las desigualdades "con las que uno nace y que los ciudadanos no pueden decidir, como la situación familiar, el color de piel, el sexo, están determinando las posibilidades de éxito de las personas", subrayó.

"Por ejemplo, en el estudio se señala que el grado de educación de la madre es correlativo con el de su hijo: a menor nivel registrado en la madre, se registra un nivel también inferior en el hijo", detalló.

"En este punto los gobiernos deben actuar para contrarrestar esas inequidades en el punto de partida, esas desigualdades heredadas", manifestó.

Según estimaciones del Banco Mundial (BM), cerca de 80 millones de personas en América Latina viven con menos de 2,5 dólares al día, la mitad de ellas en Brasil y México.

Las mismas estimaciones señalan que la proporción de pobres extremos en el Cono Sur disminuyó en los últimos quince años, mientras que el mismo segmento aumentó en México y Centroamérica.

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