Valls defiende sus reglas de inmigración porque evitan el efecto llamada

  • El ministro francés de Interior, Manuel Valls, defendió hoy los nuevos criterios para legalizar inmigrantes sin papeles aprobados por su Gobierno porque evitan el "efecto llamada" en el actual contexto económico, y no supondrán una regularización masiva.

París, 29 nov.- El ministro francés de Interior, Manuel Valls, defendió hoy los nuevos criterios para legalizar inmigrantes sin papeles aprobados por su Gobierno porque evitan el "efecto llamada" en el actual contexto económico, y no supondrán una regularización masiva.

Valls subrayó, en una entrevista con la cadena de televisión "iTélé", que la circular adoptada ayer en Consejo de Ministros "no abre la vía a una regularización masiva, al contrario de lo que ocurrió en 1981 o en 1997" con la llegada al poder de la izquierda o como ocurrió "en 2006 con (el conservador) Nicolas Sarkozy como ministro del Interior".

"Lo que cuenta es que esta circular va en el sentido de la responsabilidad porque hay que controlar los flujos migratorios" pero también "salir de la instrumentalización de la que la inmigración ha sido objeto desde hace años", afirmó.

Consideró que lo que hace el nuevo reglamento, a diferencia de lo que ocurría hasta ahora, es que "fija criterios justos que se aplican en todas partes".

Y se defendió frente a las críticas de asociaciones de defensa de los inmigrantes, que consideran que son medidas excesivamente restrictivas que no permitirán a muchos irregulares legalizar su situación, porque en el actual "contexto económico y social" hay que mostrar "responsabilidad".

Valls se mostró convencido de que las nuevas reglas, que han sido objeto de discusión previa con los sindicatos y la patronal, permitirán hacer aflorar a trabajadores inmigrantes que no están declarados.

El titular de Interior había dicho ante la Asamblea Nacional que habrá unas 30.000 regularizaciones anuales (se calcula que hay entre 200.000 y 400.000 inmigrantes sin papeles) y que este año se producirán finalmente más expulsiones de sin papeles que en 2011, cuando se llegó a un récord con 33.000.

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