400.000 vapeadores habituales

Los vapers vuelven a estar de moda y resucitan la guerra con las tabaqueras

Los cigarrillos electrónicos viven su tercera edad dorada y su industria espera crecimientos del 30% tras convertirse en la nueva moda entre los jóvenes. La falta de regulación permite venderlos en cualquier lugar.

Chica fumando un vaper
Los vapers vuelven a estar de moda y resucitan la guerra con las tabaqueras
Chiara Summer / Unsplash

Sábado, ocho de la tarde. El centro de Alicante bulle ante las ganas de fiesta de una ciudad por la que, en pleno mes de octubre, se puede ir en manga corta. Un grupo de guiris se arremolinan sobre el escaparate de un estanco frente a la plaza de San Cristóbal. Dentro, el ritmo no para y la mayoría de los clientes que entran piden lo mismo: "ponme un vaper". Los hay con o sin nicotina y de decenas de sabores distintos, y con esa simple fórmula, los cigarrillos electrónicos viven un nuevo auge impulsados por su consumo entre los jóvenes, que han vuelto a popularizar un producto que siempre ha estado en entredicho por los sectores sanitarios y para el que cada vez más voces piden una regulación, incluida su propia industria.

El negocio de los cigarrillos electrónicos ascendió a 88 millones de euros en el año 2021 y mantiene una previsión de crecimiento del 30% para 2022, según afirma Arturo Ribes, presidente de la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UPEV). A su juicio, el sector "siempre va como una montaña rusa", porque no les dejan tener un crecimiento orgánico. "No durará mucho si el estado sigue haciendo campañas en contra", declara. 

Según sus informaciones, los cigarrillos electrónicos facturan entre 200 y 300 millones de euros anuales en países como Francia y Reino Unido, una tendencia que debería ir al alza con la llegada de los pods desechables, el nombre técnico que utiliza el sector para denominar a lo que en la calle se consideran vapers. "Es un fenómeno a nivel mundial, pero es una moda que irá pasando. A la industria española no le interesa, porque no llegan al usuario que queremos llegar, que son los fumadores adultos", asegura. 

Los vapers se importan en China por unos 2 euros y se venden en España por 10. 

Los vapers son un negocio muy lucrativo. Aunque en España existe cierta industria que fabrica líquidos para estos cigarrillos, casi la totalidad de la producción se importa desde China. El precio de una unidad en origen es de en torno a 2 euros, algo que en un estanco en España se vende a cerca de 10. Esto supone un beneficio cercano al 500% sin tener en cuenta los márgenes de importadores, transportistas y puntos de venta. 

Limitaciones a su venta y consumo

Sin embargo, algunos países han empezado a imponer medidas contra esta moda. Gibraltar ha prohibido recientemente la venta y el consumo de vapers o cachimbas entre los menores de edad, dando incluso potestad a la policía para que los confisquen si están siendo consumidos en público. China tiene prohibida su publicidad y consumo en espacios públicos. En España, Unidas Podemos ha pedido esta misma semana regular los desechables para evitar que continúen en un limbo legal y cualquiera pueda adquirirlos.

El sector del cigarrillo electrónico, copado por las grandes tabacaleras, mantiene un importante conflicto de intereses contra muchos actores, entre ellos el Ministerio de Sanidad o los sanitarios y científicos, pero casi todos concuerdan en que uno de los motivos de confrontación está en determinar cuál será el lugar de venta de estos productos. A día de hoy, no está establecido en la legislación, por lo que se pueden encontrar en lugares como bazares o festivales de música.

El Ministerio de Sanidad tiene guardado en un cajón el nuevo Plan de Control del Tabaquismo, que pretende aprobar antes de que acabe la legislatura

El Ministerio de Sanidad ya propuso en 2020 equiparar estos cigarrillos electrónicos a las exigencias de publicidad del tabaco, regular su comercialización e igualar su fiscalidad a la de los cigarrillos clásicos. Todo esto estaba fijado en el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2021-2025, un documento técnico que pese a llevar dos años redactado y consensuado con las asociaciones médicas no acaba de ver la luz. A día de hoy, todo lo que tenga que ver con los vapers está regulado en el Real Decreto 17/2017 que sólo equipara su publicidad con la del tabaco tradicional. 

Este plan ha sido ampliamente criticado por el sector del vapeo. Su proclamada patronal, UPEV, considera que trasladar el negocio a los estancos supondrá la muerte de las 400 tiendas especializadas en cigarrillos electrónicos que existen a día de hoy, y que dan servicio a unos 400.000 vapeadores en toda España, según sus cálculos. "El vapeo se traslada al monopolio de los estancos, que nunca ha penetrado sobre este segmento de clientes porque sus dependientes son dispensadores de productos, no están especializados en ellos", afirma Ribes. 

La propuesta de UPEV pasa por que se acuerde la creación del punto de venta mediante un sistema de licencias que vaya en favor de las tiendas especializadas. "El objetivo es que ayudar a que los fumadores dejen de serlo. Que un quiosco venda un desechable a una persona que compra el periódico no ayuda a ello". Un estudio encargado por la entidad a la encuestadora Sigma-Dos afirma que el 89,5% de los vapeadores ya eran anteriores consumidores de tabaco convencional, algo que utiliza el presidente de la entidad para defender el consumo de estas nuevas formas de tabaco: "No estamos dirigiéndonos a los no fumadores, sino a los que lo son."

Colores y sabores similares a las golosinas

Los vapers han llegado esta semana al Congreso de los Diputados. "No son chuches", criticó Aina Vidal, portavoz de En Comú Podem, tras denunciar que estos productos utilicen colores llamativos y distintos sabores similares a las golosinas para incitar a su consumo por los jóvenes. El informe EDADES del Ministerio de Sanidad afirma que en el año 2020, el 10,5% de la población adulta había consumido alguna vez cigarrillos electrónicos, con mayor prevalencia de consumo en el grupo de 15 a 24 años. El estudio de Sigma-Dos también apunta a los jóvenes como el grupo de consumidores que más crece tras preguntar a los clientes de 24 tiendas especializadas. 

Andrés Zamorano, presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y coordinador de este área en la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, cree que esta moda es "muy difícil de parar si no se legisla adecuadamente". Asegura que los vapers que no llevan nicotina son igual de perjudiciales que los que sí la llevan, porque no cuentan con umbrales de seguridad y tienen efectos nocivos sobre la salud. "Al calentar sus sustancias se producen otras cancerígenas. También producen irritación de las vías aéreas y asma en niños, además de llevar metales pesados", proclama en contra de su uso.

El CNPT ha propuesto implantar un impuesto sobre los cigarrillos electrónicos y lanza sus críticas al "lobby del tabaco", sin el cual considera que el nuevo Plan Integral del Tabaquismo ya estaría en marcha y sería la nueva Ley del Tabaco, aunque considera que "es posible" que estén dándose presiones por parte de la industria para que no entre en vigor. A ese respecto, Zamorano critica la tardanza de Sanidad en aplicar un plan que evidencia el consumo nocivo de estas sustancias y la inseguridad que supone para sus consumidores, recogida por un propio informe del Ministerio; y concluye sentenciando sobre los costes asociados a estos productos: "El estado recauda 9.300 millones en impuestos del tabaco, y sin embargo, se gasta 30.000 en tratar sus efectos". 

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