Vargas Llosa advierte del gran peligro de reemplazar las ideas por eslóganes

  • El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa advirtió hoy del "gran peligro para el futuro de la libertad y la democracia" que supone el que las ideas sean reemplazadas por "eslóganes" y "lugares comunes", como opina que empieza a suceder en el contexto actual de crisis.

Las Palmas de Gran Canaria (España), 17 may.- El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa advirtió hoy del "gran peligro para el futuro de la libertad y la democracia" que supone el que las ideas sean reemplazadas por "eslóganes" y "lugares comunes", como opina que empieza a suceder en el contexto actual de crisis.

Vargas Llosa cree que en estos momentos "la influencia de los intelectuales en la vida pública, si no ha desaparecido, es mínima", y piensa que esa ausencia de los pensadores, si bien obedece en parte a un desprestigio al que ellos mismos han contribuido con sus "errores", es algo "muy malo" para la sociedad.

El escritor hispanoperuano planteó estas reflexiones durante el encuentro que hoy mantuvo en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) con estudiantes universitarios y de Educación Secundaria, que escucharon sus palabras y le pudieron formular preguntas en la víspera de que sea investido doctor honoris causa.

En una jornada que había iniciado algo antes plantando un árbol en el Palmeral de los Nobel del vecino Instituto de Secundaria Pérez Galdós de la ciudad, de la que ayer recibió oficialmente el título de Hijo Adoptivo, el escritor habló sentado en un sillón sobre el césped y a la sombra de un árbol junto al rector de la ULPGC, José Regidor.

Rodeado por decenas de niños, jóvenes universitarios de distintas nacionalidades, docentes y curiosos que se acercaron hasta el patio de la Facultad de Humanidades, Vargas Llosa habló de literatura, e insistió en su tesis de que leer es lo mejor que le ha sucedido en la vida, porque le ha permitido trascender más allá de su realidad, y de ideas y crisis.

Una estudiante le preguntó si en la actual coyuntura aconsejaba afrontar las adversidades desde la ficción o desde el realismo, a lo que el Nobel respondió que no se debe renunciar a la una ni lo otro, aunque matizó que "lo importante es tener clara la discriminación entre lo que es ficción y realidad".

Porque, a su entender, confundir una cosa con la otra puede conducir a creer como verdaderas "ficciones malignas" que concluyan con hechos "dramáticos" o "desastres".

Y Vargas Llosa puso ejemplos de sus afirmaciones aludiendo a las ideologías, que calificó de "formas extremas de ficción maligna" en la medida en que conducen a interpretar planteamientos erróneos como "verdades objetivas", como ocurrió cuando, durante el ascenso del nazismo en Alemania, todo un país asumió como cierta la supremacía de unas razas frente a otras.

Además, subrayó que entiende que esa asunción equivocada de las ideologías puede afectar también a intelectuales como le sucedió a Jean Paul Sartre, quien, en su opinión, dijo "estupideces monumentales" guiado "por una obsesión de tipo ideológico".

En todo caso, el escritor retomó su discurso básico de inventor de historias para concluir que tampoco se debe "temer a la ficción", porque es un elemento que ha impulsado la imaginación y ha animado al ser humano a investigar y a avanzar, hasta el punto de que "la vida -subrayó- ha ido mejorando de manera espectacular" a resultas de ello.

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