Vaticano critica la presencia de obispo "ilegítimo" en ordenación episcopal

  • El portavoz del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi, criticó hoy la presencia del "obispo ilegitimo" Lei Shyin en la ordenación de Pietro Luo Xuegang como obispo coadjutor de la diócesis de Yibin en Sichuan (China), que cuenta con el plácet de la Santa Sede.

Ciudad del Vaticano, 30 nov.- El portavoz del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi, criticó hoy la presencia del "obispo ilegitimo" Lei Shyin en la ordenación de Pietro Luo Xuegang como obispo coadjutor de la diócesis de Yibin en Sichuan (China), que cuenta con el plácet de la Santa Sede.

Sin embargo, Pekín exigió que asistiera a la ordenación celebrada hoy el obispo Lei Shiyin, que fue nombrado por la Iglesia Católica Patriótica (controlada por el Partido Comunista), excomulgado por el Vaticano y actual presidente de los católicos chinos.

En declaraciones a los periodistas, Lombardi calificó de "ciertamente positivo" el hecho de tener un obispo (Pietro Luo Xuegang) en comunión con el papa y con los obispos católicos del mundo, después de tres recientes ordenaciones episcopales sin el mandato pontificio realizadas en China.

No obstante, la participación en la ceremonia del obispo ilegitimo Lei Shyin, "que se encuentra en la condición canónica de una persona excomulgada, no va en la misma dirección y suscita desaprobación y desconcierto por parte de los fieles", aseguró el portavoz vaticano.

Sobre todo, agregó Lombardi, porque Lei Shyin "ha tomado parte como obispo consagrante y ha celebrado la eucaristía".

"En situaciones ordinarias, la presencia del obispo Lei Shyin habría tenido que ser absolutamente excluida y hubiese comportado consecuencias canónicas para todos los otros participantes", aseveró.

Lombardi reconoció que "en las presentes circunstancias es probable que los participantes no hayan podido impedir su presencia sin sufrir graves inconvenientes".

"En cualquier caso, la Santa Sede podrá evaluar mejor la cuestión en cuanto reciba información más detallada", concluyó.

El Vaticano y China no mantienen relaciones diplomáticas desde 1951 y, para reanudarlas, Pekín exige que la Santa Sede rompa previamente con Taiwán y no "interfiera" en los asuntos internos chinos.

Según datos oficiales chinos, en el país asiático hay 6 millones de católicos, aunque la cifra real puede ser del doble si se incluye a los católicos que reconocen la autoridad de Roma y que, por este motivo, son considerados clandestinos.

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