Vecinos de 30 ciudades de Italia se organizan en protesta contra la "movida"

  • Comités vecinales de 30 ciudades italianas se han agrupado para reclamar una ley que limite el consumo de alcohol en la calle y la contaminación acústica nocturna, un fenómeno que en Italia se describe con el término español "movida", El resultado se llama "Coordinación Nacional contra la Movida Salvaje" y tiene también como objetivo combatir la venta ilegal de alcohol, el consumo de drogas en la vía pública, los actos vandálicos o la suciedad derivadas de las salidas nocturnas.

Javier Blanco

Roma, 6 jul.- Comités vecinales de 30 ciudades italianas se han agrupado para reclamar una ley que limite el consumo de alcohol en la calle y la contaminación acústica nocturna, un fenómeno que en Italia se describe con el término español "movida",

El resultado se llama "Coordinación Nacional contra la Movida Salvaje" y tiene también como objetivo combatir la venta ilegal de alcohol, el consumo de drogas en la vía pública, los actos vandálicos o la suciedad derivadas de las salidas nocturnas.

En Italia se conoce este fenómeno como "movida", un préstamo del español que, sin embargo, se comenzó a usar en el país transalpino en los años 90 del siglo XX para designar a aquellos ambientes de la vida cultural, artística e intelectual del país influidos por la corriente social de la década anterior en España.

No obstante, el término "movida" se ha reducido con el tiempo a una única acepción de su significado y se utiliza ahora para aludir a ese tipo de fiesta y diversión juvenil basada en el consumo, a menudo incontrolado, de alcohol.

La presidenta de la Coordinación Nacional contra la Movida Salvaje, Simonetta Chierici, declaró a Efe que "las administraciones públicas ganan mucho dinero con el fenómeno movida, ya que los locales pagan tasas a los ayuntamientos por la ocupación del suelo público con las mesas y sillas, por eso no ponen leyes".

El artículo 659 del código penal italiano contempla arrestos de hasta tres meses y sanciones que pueden alcanzar los 309 euros a quien cause molestias "en las ocupaciones o descansos de las personas", y entre 103 y 516 euros "a quien ejercite una profesión u oficio contra las disposiciones de las leyes o la autoridad".

No obstante, para Chierici "no hay leyes nacionales claras, sino que dan pie a la interpretación" y añade que la liberalización total de los horarios comerciales - que entró en vigor en 2012 - permite que los locales estén abiertos hasta las 3 de la madrugada.

Pero cada ayuntamiento cuenta con sus propias ordenanzas a la hora de regular el horario de venta de alcohol y es la policía local de cada ciudad la encargada de velar por su cumplimiento.

Roma es, en palabras de la líder de la Coordinación, la capital que más padece las consecuencias negativas de la movida, seguida de Nápoles, Milán y Turín: "Es como una bomba que está por explotar", asegura.

En el caso capitolino, el barrio del Trastevere, junto al río Tíber, es una de las zonas que congrega más jóvenes en las noches más cortas y calurosas del año en torno a decenas de locales de su casco antiguo.

La presidenta de la asociación Vivere Trastevere, Dina Nascetti, calificó este fenómeno de "problema social" y aseguró a Efe que el consumo de alcohol en el barrio supone el ruido de "coros de estadio hasta las cuatro de la mañana, actos vandálicos y murallas humanas que impiden el paso de las ambulancias o de los bomberos".

Sobre Trastevere, Nacetti apunta además que muchos vecinos y artesanos están abandonando la zona: "Antes se venía por la buena cocina y sus artesanos. Pedimos que los locales propiedad del ayuntamiento sean gestionados por jóvenes creativos donde puedan vender productos de los terrenos confiscados a las mafias".

Algo similar ocurre en el centro de Florencia, donde según la coordinadora del Comité Antimovida en esa ciudad, Manuela Vannozzi, "si no duermes por la noche, al día siguiente no trabajas igual", dijo a Efe.

"En Florencia hay 830 policías y sólo salen cuatro patrullas de ocho agentes que no intervienen", denuncia, "Aquí no hay ninguna normativa que regule la venta de alcohol. Hasta las doce se podría permitir, pero no más tarde".

Sin embargo, en las últimas semanas se ha podido ver carteles de "Prohibida la venta de alcohol a partir de las 22 horas" en comercios de alimentación de la capital italiana, una indicación que en su mayoría tratan de cumplir por miedo al cierre a pesar de los numerosos envites de jóvenes con ganas de comprar cerveza.

Nascetti lamenta, no obstante, que se han impuesto "tres horarios que crean confusión", ya que junto a esa limitación desde las 22 horas, en Roma se puede beber alcohol en vasos de plástico hasta la medianoche, "y hasta las dos en el interior de los locales o sentados en los veladores".

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