Madrid.- Varios vecinos del hombre que murió ayer de forma violenta en su piso de Madrid han explicado hoy que Manuel Rodríguez Álvarez llevaba más de 30 años viviendo en el edificio y nunca había causado problemas, ya que se trataba de una persona que, aunque no se relacionaba mucho, era muy educada.
El cuerpo de Manuel, de 72 años, fue hallado ayer, con varios golpes, en su piso del número 6 de la calle de Mérida, después de que un matrimonio que vive enfrente avisara a la Policía de que la puerta de su vecino estaba abierta y no respondía a sus llamadas.
El cadáver tenía las manos y los pies atados y el piso estaba revuelto, según han detallado fuentes de la investigación, que no descartan ninguna hipótesis aunque según los primeros indicios no parece que los autores entrasen con la única intención de cometer un robo.
Manuel, que siempre ha vivido solo en esa vivienda, había tenido un taxi hace años y ahora tenía alquilado un bar, según ha explicado la mujer de un primo del fallecido a Efe-Televisión, que se ha mostrado sorprendida por lo ocurrido.
Esta familiar conoció el suceso ayer por la noche al ser avisada por la Policía y no ha ofrecido más datos porque según ha relatado su marido y ella no tenían mucha relación con el fallecido desde hacía tiempo.
La Policía conoció el suceso tras ser avisada por un matrimonio que vive en el piso de enfrente de Manuel, cuya hija vio la puerta de su vecino entreabierta y le llamó para decírselo, pero no consiguió respuesta, por lo que la pareja decidió acercarse y vio que las luces estaban apagadas y había objetos tirados por el suelo.
La mujer del matrimonio ha explicado, en declaraciones a Efe-Televisión, que Manolo llevaba más de 30 años viviendo en este piso y nunca había causado problemas, sino que solía ser muy educado "a pesar de no ser muy sociable y no hablar mucho con los vecinos", e iba muy arreglado.
Ha relatado que ella ayer pasó miedo pensando que podía tratarse de unos ladrones, pero la Policía les dijo "que los que habían estado ahí no querían sólo robar, sino algo más", por lo que no debían preocuparse.
Ningún vecino oyó nada anormal ayer por la tarde, aunque las nietas de una vecina, que acudieron a hacerle una visita, vieron sobre esa hora "a dos rumanos con pinta rara subir y bajar las escaleras", según ha explicado su padre a la prensa.
En la puerta del piso del fallecido, que está precintada por la Policía, hay un cartel en el que se advierte: "No llamar a esta puerta, sólo al teléfono".
El suceso es investigado por el Grupo V de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
Se trata del octavo homicidio registrado en la Comunidad de Madrid en lo que de año, según el recuento de Efe.
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