Se sienta en el banquillo

La viuda negra se defiende: "Me arrastré como una gata para ayudarle"

Se citó con su marido para celebrar una boda romántica, ver la luna y echar flores a los niños (abortos anteriores). El hombre falleció tras recibir más de 20 heridas en cuello y pecho con un objeto punzante.

Concepción Martín, conocida como la viuda negra de Alicante, se sienta en el banquillo de la Audiencia Provincial
Concepción Martín, conocida como la viuda negra de Alicante.
EFE

Concepción Martín, Conchi, conocida como la viuda negra de Alicante, ha defendido su inocencia ante el jurado popular que la enjuicia junto a su supuesto cómplice y ha alegado que el asesino de su marido, José Luis Alonso, un camionero de Cantabria jubilado de 69 años con el que se había casado hacía 20 días, fue un hombre al que no pudo identificar. Conchi, quien permanece en la prisión de Alicante II (Villena) desde su detención, ha tratado de ofrecer diferentes versiones para demostrar su inocencia. Primero trató de acusar a "dos negros", luego a dos hombres vestidos de negros, y, finalmente, llegó a implicar al hijo de la víctima.  Ayer insistió en que la víctima le llegó a decir "mi hijo me la ha clavado en el corazón". También intentó justificar por qué una noche de agosto llevaba guantes "para que no se me enfriaran las manos", mucha ropa porque hay veces que tiene  mucho frío por su supuesta enfermedad y una gorra "para que no se me bufara el pelo por el mar".  Había quedado en un aparcamiento con su reciente marido para celebrar una cena romántica, ver las estrellas y la luna y echar flores al mar. 

En la primera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial alicantina, también ha señalado que para trasladarse hasta ese aparcamiento en la playa, la acusada se desplazó con su cuidador, porque era su chófer. Pinchó una rueda y se retrasaron, ha manifestado, con lo que llamó a la víctima para avisarle. "Luego él me llamó y me dijo que se saltara los semáforos porque íbamos a llegar tarde, pero le contesté que no porque las facturas las pago yo", ha advertido. Ese día ha afirmado que iba vestida de "negro o gris", con gorra porque se le "bufaba" el pelo y guantes para que no se le enfriaran los dedos. Al llegar al aparcamiento, salió su cuidador, le preparó para sacarle del coche y se fue al maletero a coger su silla de ruedas. Tras ello, ha explicado que oyó a su amigo gritar y pedir ayuda, así que salió del vehículo como pudo y se arrastró hasta allí: "Como pude, me impulsé. Medio arrastrándome... Iba como una gata".

"No sabía que pasaba. El decía algo, no se le entendía y yo le contestaba que estuviera tranquilo, que ya venía ayuda". "Balbuceaba y me dijo 'Mi hijo me lo ha clavado en el corazón. No es el refrán como tú dices'". En ese momento también vio a una tercera persona que se subió a un coche, pero no le reconoció la cara. "Sueño mucho con esta persona para intentar averiguar quién era, pero no lo sé", ha añadido. Luego llegó la policía y la acusada ha manifestado que una agente le decía que habían matado a la víctima para coger su dinero y el seguro de vida. "Yo decía que no era cierto, que yo sepa mi marido no tenía seguro de vida ni bienes de nada".

Martín declara como acusada de asesinar al hombre con el que acababa de casarse apenas 20 días antes, y junto a ella se sienta su presunto cómplice, Francisco Pérez, en un caso que despertó un gran interés y seguimiento por parte de los medios de comunicación. Ambos se enfrentan a 30 y 28 años de prisión, respectivamente según la petición de la Fiscalía, por el delito de asesinato con las agravantes de ensañamiento y aprovechamiento de las circunstancias de lugar y tiempo. En el caso de Conchi, además, se suma la de parentesco.

Los hechos tuvieron lugar el 20 de agosto de 2018 en torno a las 22:00 horas en un aparcamiento frente al mar en La Albufereta, donde la 'viuda negra' se citó con el hombre con el que se había casado el día 4 de ese mismo mes para celebrar una cena romántica en un restaurante próximo, "a ver la luna y las estrellas y a echar flores a los niños", en memoria de dos abortos que sufrió en el pasado.

En un largo interrogatorio tanto del fiscal como de la acusación particular, la acusada ha tratado de argumentar todas las contradicciones en las que, en opinión de los acusadores, ha ido incurriendo en sus declaraciones previas y en el mismo banquillo en el que se sienta desde ayer. La comparecencia de Martín ha tratado de alejar la versión de la de la agente de la Policía Nacional de paisano que observó los hechos desde un lugar cercano y que facilitó su detención. Esta testigo, que declara hoy, señaló que vio a Conchi y a Francisco atacar a José Luis, quien falleció tras recibir más de 20 heridas en cuello y pecho con un objeto punzante.

Conchi, por el contrario, ha declarado que cuando llegaron al lugar de los hechos, fue Francisco el que intentó socorrer a la víctima, que ya había sido atacado por un tercero. Otro aspecto que ha tratado de aclarar es su intermitente uso de una silla de ruedas (sobre todo el día de su detención y los posteriores), que ha achacado a que sufre una fibromialgia que, en ocasiones, le impide cualquier movimiento. Esa misma dolencia le causa mucho frío, ha sostenido, y es la causa de que aquel día llevara mucha ropa, gorra y guantes, pese a ser una noche de agosto.

Además de la petición de fiscalía, la acusación particular, que representa a los hijos del fallecido, solicita 31 años de cárcel para ambos por el delito de asesinato con las agravantes de alevosía, ensañamiento, uso de disfraz, abuso de superioridad y aprovechamiento de las circunstancias del lugar, tiempo o auxilio de otras personas.

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