Trabajó de conductor y dependiente

El presunto yihadista que planeó atentar en Barcelona llevaba un mes ensayando

Presunto yihadista detenido en Barcelona
Presunto yihadista detenido en Barcelona
EFE

Durante el confinamiento las actividades delictivas no cesan. Los ciberdelincuentes se las ingenian para enmascarar las nuevas estafas bajo excusas relacionadas con el coronavirus que hace que las víctimas sean aún más vulnerables y piquen. El narcotráfico no cesa e incluso se tienen que dejar contenedores en la playa dado el férreo marcaje de los agentes. Y ahora los Mossos d'Esquadra han alertado de que durante el confinamiento puede estar aumentando la propaganda yihadista, lo que despertaría a los lobos solitarios que el Daesh tiene en Europa, tal y como ha sucedido en Barcelona donde ha tenido lugar esta semana la detención de un supuesto yihadista que pretendía atentar.

Llevaba 'fichado' desde hace cuatro años pero es en el último mes cuando este transportista o dependiente de tiendas de ultramarinos se ha saltado el confinamiento en más de una ocasión evitando ser perseguido y buscando posibles objetivos en la ciudad en los que planear un atentado. 

Barcelona ha aumentado los controles antiterroristas horas después de la detención de este presunto lobo solitario miembro del Daesh que vivía en una habitación alquilada de un piso en el entresuelo de la calle Josep Anselm Clavé desde hace dos años junto a una mujer y su bebé. Ella aseguró perpleja desconocer su radicalización. Vecinos del edificio también se quedaron muy sorprendidos por la detención, aunque puntualizaron que últimamente habían notado más movimiento de lo normal: "El hombre entraba y salía mucho del edificio". En estas escapadas pudo desplazarse a varios enclaves de la ciudad en los que ensayaba cómo atentar, según ha podido saber La Información.  

Desde hace al menos cuatro años existían referencias de la afinidad del arrestado a Daesh, pero hasta fechas recientes su radicalización se mantenía bajo una apariencia de discreción. Ha sido durante el estado de alarma decretado ante la pandemia del coronavirus Covid-19 cuando su proceso de radicalización se ha visto culminado de manera preocupante. La hipótesis policial es que su extrema radicalización y actividad recientes de este hombre cuyos últimos trabajos han sido de transportista o de empleado en alguna tienda de ultramarinos podrían responder a los diferentes llamamientos realizados por Dáesh para que los lobos solitarios asentados en territorio occidental se movilicen y atenten en sus lugares de residencia.

En este contexto enmarcan los investigadores varios ataques terroristas cometidos desde que se inició la expansión del coronavirus por Europa por actores individuales mediante el empleo de armas blancas y atropellos con vehículos. El detenido realizaba ya manifestaciones públicas de su adhesión a los postulados terroristas de Dáesh y de odio a occidente a través de sus perfiles de redes sociales. Cuendo empezó a ser vigilado pudieron comprobar que el riesgo podía ser inminente.

Los investigadores han observado que incumplía de manera habitual y sin justificación las normas de confinamiento establecidas en el decreto de estado de alarma y sospechaban que en sus desplazamientos por la ciudad de Barcelona, en los que adoptaba importantes medidas de seguridad, buscaba posibles objetivos. Los agentes han comprobado con sus investigaciones que el detenido se encuentra totalmente influido por la propaganda y los postulados de Dáesh y que incluso había jurado fidelidad a esta organización terrorista, por lo que le consideran una amenaza real para la seguridad.  

Este hombre, de nacionalidad marroquí, cuando fue detenido salió del edificio vestido de negro y con una mascarilla que le cubría la boca y la nariz y una pantalla de plástico, que se le cayó al ser introducido en el furgón policial. Después los agentes empezaron con el registro de la vivienda. Ahora el titular del Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional decidirá el lunes en una comparecencia si envía al detenido a prisión por esta causa, que ha sido declarada secreta.

Desde la elevación al nivel 4 de la alerta antiterrorista en España el 26 de junio de 2015, la Guardia Civil ha reforzado los dispositivos y la investigación de esta amenaza terrorista, especialmente sobre personas inmersas en procesos de radicalización que puedan desembocar en el desplazamiento a la zona de conflicto o en la comisión de atentados en sus países de residencia. Este reforzamiento se ha visto además intensificado desde la declaración del estado de alarma ante la posibilidad de que Daesh u otra organización terrorista pudiera aprovechar el escenario sanitario como multiplicador de los efectos de un ataque.

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