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El lavado frecuente de manos con agua y jabón es la mejor prevención frente al contagio.
El lavado frecuente de manos con agua y jabón es la mejor prevención frente al contagio.

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Cómo proteger tu entorno del coronavirus

Aunque la higiene de manos y el distanciamiento social son la mejor prevención, limpiar el hogar o el coche pueden minimizar los riesgos de contagio.

Desde esta semana, el Gobierno de España ha reanudado algunas de las actividades económicas no esenciales que se habían interrumpido la semana previa, permitiendo la vuelta al sitio de trabajo de aquellos puestos en los que el teletrabajo no está establecido. No obstante, las medidas de confinamiento siguen vigentes para la mayoría de la población y toda precaución es poca para evitar el contagio, tanto si se está en casa como si se sale a trabajar.

Además del distanciamiento social y del uso de elementos como mascarillas o guantes a modo de barrera de contención, el lavado frecuente de manos con jabón y gel hidroalcohólico sigue siendo la mejor medida de prevención. Sin embargo, se ha demostrado que el virus puede permanecer en nuestro entorno, por eso mismo es fundamental limpiar cada espacio de forma correcta:

En casa. La limpieza del hogar no debe ser diferente a la que se realiza de manera habitual, si bien se aconseja utilizar productos desinfectantes (lejía, productos con biocidas u oxígeno activo están entre las recomendaciones de Sanidad) y bayetas y trapos desechables, limpiar la suciedad acumulada y ventilar al menos cinco minutos al día cada estancia, abriendo la ventana y cerrando la puerta de cada habitación para evitar que se establezcan flujos de corriente que puedan favorecer la diseminación del virus. Cocina y baño son los mayores focos de infección de una vivienda por lo que la limpieza debe ser exhaustiva y más frecuente que en el resto de estancias. Los textiles del hogar, como las fundas del sofá, sábanas o cortinas, también se pueden lavar a la máxima temperatura posible (sin que se estropee la tela) aunque no es necesario hacerlo con asiduidad.

La importancia de la desinfección radica en el tiempo que el virus sobrevive en las superficies: según un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la Universidad de California en Los Ángeles y la Universidad de Princeton en EE. UU., el coronavirus permanece en los aerosoles (por tanto, en el aire) hasta tres horas, cuatro horas en el cobre, un día entero en el cartón y hasta dos o tres días en el plástico y el acero inoxidable.

Si hay un contagiado. Si se convive con un contagiado o con sospecha del contagio, el Consejo General de Enfermería recomienda limpiar con lejía y agua (20 ml por litro de agua), prestando especial atención a pomos de puertas y armarios, interruptores y otros objetos de uso cotidiano, como el mando de la televisión (se puede proteger con plástico para limpiarlo mejor), tablets, móvil y ordenador, que pueden limpiarse con toallitas desinfectantes o una bayeta mojada en alcohol de 70º. La vajilla y ropa de cama y toallas deben ser de uso exclusivo por el afectado y lavarlos a 60 grados. Se recomienda también un cubo de basura individual, con tapa de apertura de pedal y bolsa de autocierre, que se introducirá dentro de una segunda bolsa al salir de la habitación y en una tercera al llevarla al contenedor. Si el afectado no cuenta con un baño individual, se deberá extremar la limpieza cada vez que lo use, así como ventilar el cuarto en el que se encuentre a puerta cerrada.

Al hacer la compra. Los supermercados y pequeños comercios suelen establecer la distancia de seguridad y controlar el aforo, además de facilitar gel hidroalcohólico y guantes a los usuarios. Aunque los expertos apuntan que es difícil contagiarse con los productos de la compra, se pueden limpiar todos los envases antes de recogerlos con la mezcla de agua y lejía. Fruta y verdura también hay que lavarla antes consumirla. Cabe recordar que muchos comercios han reducido su horario y han creado medidas especiales para los colectivos más vulnerables, como líneas de caja especiales para mayores de 65 años, embarazadas o personas con discapacidad y prioridad en la compra a personal sanitario, fuerzas de seguridad, bomberos y personal de atención social.

Al volver a casa. El Ministerio de Sanidad recomienda quitarse los zapatos al llegar y dejarlos junto a la puerta. Aunque el riesgo de contagio a través del calzado es muy bajo, se puede desinfectar la suela con la mezcla de lejía y agua, limpiar el interior y el exterior con toallitas desinfectantes. Sobre la ropa, si se ha estado en un ambiente cerrado con más personas durante cierto tiempo, deben meterse las prendas en una bolsa, sin sacudirla, y cerrarla hasta que se vuelva usar o se lave, con el jabón habitual y a una temperatura de entre 60 y 90 grados. También se recomienda separar los objetos que no necesites en casa (llaves o cartera) y déjalos en una caja cerca de la puerta, además de desinfectarlos tras usarlos. Asimismo, hay que limpiar otros objetos que hayas usado fuera, como el móvil o las gafas, con toallitas, solución alcohólica o agua y jabón.

En el coche. Si estos días se está utilizando el coche para ir a trabajar u otro desplazamiento permitido, la recomendación general es hacerlo de manera individual. En caso de ir acompañado, el copiloto deberá ir en la parte de atrás en el lado contrario al conductor y a ser posible con mascarilla y guantes. Desde la Confederación Española de Transportes de Mercancías (CETM) recomiendan también a los trabajadores del sector limpiar con bayeta desechable y un producto desinfectante (como lejía, hipoclorito 10-17% o etanol 62-71%) el volante, los pomos, el salpicadero, el apoyabrazos, los asientos, los tiradores de las puertas, los pasamanos y las barandillas.

En el puesto de trabajo. Además de las recomendaciones arriba mencionadas sobre la distancia de seguridad y la desinfección de los elementos cotidianos, el Ministerio de Sanidad recomienda no utilizar equipos y dispositivos de otros trabajadores. En caso de hacerlo, hay que desinfectarlos antes y después de usarlos. Las empresas deben garantizar además el acceso a mascarillas, guantes y gel hidroalcohólico para la desinfección y la limpieza del puesto de trabajo entre turnos. También se deben realizar tareas de ventilación periódica en las instalaciones y, como mínimo, de forma diaria y por espacio de más de cinco minutos.