Es una realidad que los españoles prefieren ser los propietarios de su hogar antes que vivir de alquiler. Aunque la tendencia en los últimos años muestra un repunte de los alquileres, España sigue consolidado como uno de los países europeos con mayor número de propietarios, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Aunque en los últimos años la tendencia muestra un repunte en el alquiler, la situación derivada de la crisis sanitaria ha ocasionado una caída en el número de personas que viven en régimen de alquiler, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE). Desde octubre de 2020, hay 157.000 hogares menos en alquiler y 170.000 más con una vivienda hipotecada o en propiedad. Este cambio se debe principalmente al aumento de la tasa de ahorro de los hogares, a la recuperación económica y a las favorables condiciones para financiar la compra de una vivienda.
Alquilar o comprar una vivienda es una decisión importante y que tiene que ser analizada detalladamente. Para escoger la opción que más se adecúe a las necesidades y a la situación financiera de cada persona se debe tener en cuenta varios factores.
Calculadora: descubre qué te interesa más, si comprar o alquilar
¿Cuánto dinero debo tener ahorrado?
Tanto si planteas una compra como si optas por un alquiler, siempre es necesario realizar un desembolso económico inicial.
Si decides comprar una vivienda, hay que considerar que, por norma general, los bancos conceden un máximo de financiación que cubre el 80% del valor total de la tasación de la vivienda, por lo que tendrás que disponer en ahorros del 20% restante. Asimismo, existen otros gastos vinculados a la adquisición de una vivienda —notaría, tasación e impuestos, entre otros— que suponen entre el 10% y el 15% del valor total del inmueble.
Calculadora: descubre cuáles son los gastos asociados a la compra de una vivienda
En caso de optar por el alquiler, los gastos iniciales a la hora de formalizar un contrato como arrendador suelen ser menores y corresponden a conceptos como la fianza (el arrendador puede exigir como garantía un máximo de tres mensualidades de renta) o el pago del mes en curso o los honorarios de una agencia en el caso que la hubiera (10% de la anualidad más el impuesto sobre el valor añadido -IVA-).
¿Qué porcentaje del sueldo debo destinar al pago de la vivienda?
Según las recomendaciones del Banco de España, el pago de la hipoteca no debe superar el 30% de los ingresos mensuales. En todo caso, este porcentaje podría alcanzar un 35% si en el pago mensual se formalizan otros préstamos además del hipotecario. En el caso del alquiler, la cifra tope aconsejada también es de un 30% del sueldo del arrendador.
La cuota mensual de la hipoteca puede ser a tipo fijo o a tipo variable. En el caso de una hipoteca a tipo fijo, la cuota será la misma todos los meses.
En cambio, si nos referimos a una hipoteca a tipo variable, la cuota mensual tendrá una parte fija y otra que cambiará en función de la evolución de un índice de referencia, como el euríbor en el caso de España. El euríbor se revisa cada seis o 12 meses y, en función de si sube o baja, también lo hará la cuota mensual.
Teniendo en cuenta esta diferencia, a la hora de elegir entre una hipoteca a tipo fijo o una a tipo variable, los compradores que valoren más la estabilidad se decantarán por la primera opción. No obstante, generalmente, los bancos suelen ofrecer las hipotecas fijas a un tipo de interés superior al que ofrecen las hipotecas variables.
Además del tipo de interés, para tomar esta decisión hay que tener en cuenta otros dos factores: el plazo (que suele ser menor en las hipotecas a tipos de interés fijo) y la cuota (que acostumbra a ser mayor en las hipotecas a tipos de interés fijo).
¿Qué gastos supone la compra o el alquiler de una vivienda?
Además de la cuota mensual de la hipoteca o del pago del alquiler, existen otros gastos adicionales, como los gastos de suministros (agua, luz o gas), los derivados del mantenimiento habitual de la vivienda o los del seguro. Además, el futuro propietario de un inmueble debe hacer frente a otros como el impuesto sobre bienes inmuebles (IBI), entre otros.
Los gastos que debe asumir el propietario de una vivienda son:
-El seguro de hogar.
-El recibo de la comunidad.
-El seguro de la comunidad que cubre siniestros estructurales del inmueble.
-La tasa de basuras (depende de cada municipio).
-Los gastos de suministros (agua, luz, gas, etc.).
-El IBI.
Los gastos del inquilino son:
-Los daños a la vivienda alquilada.
-Los gastos de suministros (agua, luz, gas, etc.).
- Los gastos derivados del mantenimiento habitual de la vivienda (pequeñas reparaciones).
-El seguro de contenido y de responsabilidad civil a terceros, en el caso de disponerlos.
Compra vs. alquiler: ventajas e inconvenientes
● ¿Cuánto tiempo querré vivir en la misma zona?
Una de las principales cuestiones que determinan la idoneidad de una vivienda, tanto si es para comprar como para alquilar es la ubicación del inmueble. Es importante establecer cuánto tiempo se quiere permanecer en una misma zona con el fin de saber si se amortizará el desembolso inicial.
La compra de un inmueble está relacionada con una mayor estabilidad ya que es una opción más rentable debido a que cada mensualidad se resta del préstamo hipotecario.
En cambio, a pesar de que el alquiler ofrece una mayor flexibilidad para cambiar de vivienda, hay que tener en cuenta las condiciones del contrato, como la duración, para no sufrir una penalización económica inesperada.
● ¿Qué servicios ofrece la zona donde está ubicada la vivienda?
Además, se deben analizar otros aspectos relacionados con la ubicación como la distancia a la que se encuentra del lugar de trabajo o cómo afecta la localización del inmueble al estilo de vida de la familia. Para ello, es necesario analizar los servicios, los transportes y las infraestructuras de la zona.
● ¿Cómo evolucionarán los precios de la vivienda?
La ubicación también influirá en la evolución del valor de los inmuebles de la zona en la que se encuentre la vivienda. En el caso de comprar una vivienda, la evolución de los precios de la zona puede repercutir en una revalorización del inmueble en el futuro. Así, en caso de querer vender la vivienda, la rentabilidad obtenida será mayor.
Por el contrario, si se decide alquilar, el riesgo de que los arrendatarios decidan subir el precio del alquiler es mayor en el caso de que la zona se revalorice.
● ¿Quiero personalizar mi vivienda?
En el caso de la vivienda en propiedad, es posible adaptarla a las necesidades de cada familia, así como acondicionarla según sus gustos. Además, adquirir un inmueble convierte la cuota mensual en una inversión de futuro.
Optar por el alquiler ofrece la posibilidad de cambiar de vivienda de forma más sencilla, pero conlleva una serie de limitaciones que no existen en el caso de adquirir una vivienda.
En muchas ocasiones, no es posible decidir cuestiones como la decoración o la distribución de los espacios ya que muchos propietarios no lo permiten. Es importante saber qué aspectos están permitidos y cuáles no antes de elegir una vivienda en alquiler como, por ejemplo, la posibilidad de tener mascotas.
En definitiva, tomar la decisión de comprar o de alquilar una vivienda requiere de un análisis detallado en el que se deben considerar las circunstancias financieras y personales. Sin embargo, la estabilidad que proporciona disponer de un inmueble en propiedad o la proyección a largo plazo son ventajas que se obtienen al convertirse en propietario que se deben tener en cuenta respecto a un régimen de alquiler.
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