A estas alturas, nadie duda de que la mejor opción para un fumador es dejar de consumir tabaco y productos con nicotina por completo, como pusieron de manifiesto diversos expertos en el Foro La Información - Philip Morris ‘La aplicación de la reducción del daño en el ámbito del tabaquismo’. Pese a que muchas personas consiguen dejarlo, otros adultos no lo hacen y precisamente son ellos los que merecen información rigurosa acerca de la existencia de las alternativas libres de humo validadas por la ciencia que suponen una mejor opción en comparación con seguir fumando.
Alrededor de estos temas, existen concepciones erróneas que están muy asentadas y en concreto existe una gran confusión acerca de las alternativas libres de humo.
"Lo que hace enfermar al fumador es el humo del tabaco"
Fumar causa graves problemas y enfermedades para el consumidor, pero muchos desconocen que la principal fuente del problema proviene del humo.
A través de la combustión de un cigarrillo se alcanzan altas temperaturas y el humo generado contiene alrededor de 6.000 sustancias químicas. De todas ellas, 100 se han identificado como perjudiciales o potencialmente dañinas por diferentes entidades de la salud pública.
Por este motivo, eliminar la combustión y con ella la mayor parte de los componentes químicos que se generan en el humo es clave para entender la principal diferencia de las nuevas alternativas libres de combustión respecto al cigarrillo de toda vida.
Para el experto en adicciones y especialista universitario en Medicina Interna y Drogodependencias, José María García Basterrechea, que las alternativas al cigarrillo "hayan sido asimiladas a nivel nacional y político al tabaco convencional en nuestro país" es uno de los mitos instaurados en nuestra sociedad.
Eliminar la combustión en las alternativas innovadoras, permite éstas puedan liberar nicotina sin generar ni humo ni ceniza. Aunque estos productos siguen siendo adictivos y no están libres de riesgo, tal y como afirma el catedrático en Química Analítica, Miguel de la Guardia, tienen el potencial de reducir los niveles de sustancias químicas dañinas en comparación con los cigarrillos, pero "lo que hace enfermar al fumador es el humo del tabaco".
Tal y como se puso de manifiesto en el foro, "las diferencias son abismales entre el humo del tabaco convencional y el vapeo a partir de disoluciones de nicotina, o el tabaco para calentar. Estamos hablando de reducciones de un 75 a un 90% en los componentes químicos". Según el catedrático en Química e investigador internacional, Ángel González Ureña, las alternativas al cigarrillo convencional juegan un papel fundamental en la reducción del daño en el tabaquismo e insiste en que la nicotina "crea adicción, pero no es una sustancia cancerígena".
Los expertos coincidieron en que el problema del tabaquismo es muy complejo y hay que tener en cuenta todas opciones que existen para reducir la tasa de fumadores porque, a pesar de las campañas de concienciación para abandonar el hábito, sigue habiendo una elevadísima tasa de fumadores.
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