Los mercados financieros registraron fuertes caídas durante el año pasado a causa de la guerra de Ucrania, la creciente inflación, las subidas de tipos de interés y la gran incertidumbre acerca de la economía nacional e internacional. Aunque los analistas económicos apuntan a una tímida mejora en 2023, inciden en que hay que ser precavidos en el momento de acometer inversiones. Igualmente, hay que elegir los activos a invertir en función de este contexto tan particular.
Por esta razón, los fondos garantizados y las inversiones conservadoras son más recomendables que nunca dado el momento en el que nos encontramos. Se tratan de fondos de inversión que aseguran que, en una determinada fecha futura, se conservará parte o la totalidad del desembolso inicial. E incluso en algunos casos se ofrece también una rentabilidad asegurada.
En este sentido, el director de inversiones de MAPFRE, José Luis Jiménez, explicó en la inauguración de la oficina de MAPFRE Gestión Patrimonial en Palma que los inversores deben buscar activos con rentabilidades “garantizadas o protegidas” para preservar al máximo su poder adquisitivo en este entorno concreto.
“Las inversiones deben buscar activos con rentabilidades “garantizadas o protegidas”
“Tenemos que buscar rentabilidad y, en la mayoría de los casos, garantizadas o con cierta protección, porque damos por hecha una elevada inflación que va a mermar nuestra capacidad adquisitiva”, afirma. Por este motivo, “proteger nuestro patrimonio financiero es un objetivo prioritario”. El director, en relación, añade que en MAPFRE siempre han sido “muy activos en el terreno del ahorro y la inversión y con la actual situación tenemos margen para batir la rentabilidad de las Letras del Tesoro”.
Un margen seguro
Los fondos garantizados son productos útiles en tanto que aseguran, como mínimo, conservar la totalidad o parte de la inversión inicial en una fecha futura establecida. No obstante, conviene incidir en que estos fondos no garantizan la rentabilidad en todo momento, sino solo en la fecha de vencimiento, según detalla la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en su página web.
Los principales activos en los que se invierten son letras y bonos del estado, aunque las carteras pueden incluir también algunos bonos corporativos e incluso indexados, lo que los convierte en la opción idónea para los más conservadores. La diferencia clave con otros productos similares son las garantías de retorno.
“Para eso, la garantía tiene que estar validada, demostrar que el garante es solvente y tiene que ser aprobado por la CNMV. Estas garantías solo las pueden presentar al mercado entidades solventes con una liquidez y unos ratios de solvencia”, señala el director de ventas institucionales de MAPFRE AM, Eduardo Ripollés, que estima que “como ha sido tan vertical la subida de tipos de interés, la entrada en fondos garantizados ha sido muy rápida”.
La garantía tiene que estar validada, demostrar que el garante es solvente y tiene que ser aprobado por la CNMV
Los fondos de rentabilidad objetivo también han ganado peso en los últimos meses. Son productos de renta fija que también ofrecen un rendimiento fijo a vencimiento, aunque no existe una garantía formal como en los fondos garantizados. Esto les hace perder cierto atractivo respecto a estos, al tener que asumir un mayor riesgo a cambio de un potencial de rentabilidad más bajo que otros activos. MAPFRE siempre ha optado por los garantizados y, dentro de estos, por los más conservadores, tanto en plan de pensiones como en formato fondo o, dicho de otro modo, en aquellos que garantizan realmente el 100% del capital.
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