Julia es ecuatoriana, está casada y tiene dos hijos. Hace 18 años que emigró a España y, tras un desgaste severo de salud en 2008, con la llegada de la COVID-19 ya han sido dos las crisis que le han sorprendido en nuestro país y le han complicado aún más la vida. Durante la crisis sanitaria, esta familia de cuatro miembros tuvo que vivir el confinamiento en una misma habitación, donde, tal y como ella cuenta: “Nos han pasado muchas cosas. Yo era de riesgo y estuve un año encerrada con mis hijos, mientras mi marido salía a trabajar…hasta que cayó enfermo”.
Su situación era complicada pero, por suerte, Esther y Dan, trabajadores sociales de la Fundación Tengo Hogar, se mantuvieron a su lado en todo momento. Julia conoció a esta entidad gracias a la primera familia que le ofreció un empleo cuando llegó a nuestro país. Un día, hace tres años, se pusieron en contacto con ella y se convirtieron en sus pilares en los momentos más duros. “Esther ha sido una ayuda muy grande para mí emocionalmente, porque veía que me caía al suelo con tanta cosa”, explica.
Además del acompañamiento social, la Fundación Tengo Hogar también les ha ofrecido otro tipo de ayudas, como tarjetas de compra de alimentos y dispositivos tecnológicos para que los pequeños pudieran mantenerse al día en sus clases. “Cuando a mis hijos les dijeron que las clases eran online no teníamos dispositivo, pensábamos que íbamos a perder el curso, me llamaron de Tengo Hogar y en unos días nos llegó una tablet”.
“Esther ha sido una ayuda muy grande para mí emocionalmente, porque veía que me caía al suelo con tanta cosa”
Siempre con las personas
La Fundación Tengo Hogar es una de las entidades de ayuda social cuyo programa de acompañamiento, “Juntos para los demás”, recibió una de las becas a proyectos sociales que la Fundación Mutua Madrileña concedió a principios de 2021 en su IX convocatoria.
La décima edición de la Convocatoria Anual de Ayudas a Proyectos Sociales para entidades sin ánimo de lucro de la Fundación Mutua Madrileña se abrió este mes de septiembre con una dotación de un millón de euros. Dicha cantidad se destinará a la financiación de proyectos de oenegés en distintas áreas de actuación para todas aquellas asociaciones que presenten su candidatura antes del 5 de octubre en la web de Fundación Mutua.
La fundación, presidida por Ignacio Garralda, cumple una década convocando estas ayudas para dar respuesta a la creciente demanda de necesidades sociales de distintos colectivos vulnerables. En estos diez años, las dotaciones (de más de 6,5 millones de euros en total) han permitido poner en marcha 244 proyectos de 192 oenegés que han tenido un impacto directo en 262.866 personas como Julia.
La décima edición de la Convocatoria Anual de Ayudas a Proyectos Sociales para entidades sin ánimo de lucro de la Fundación Mutua Madrileña está abierta hasta el 5 de octubre
Como novedad, desde el año 2020 son seis las categorías en las que pueden enmarcarse los proyectos que soliciten una ayuda, tras la incorporación de las secuelas sociales y económicas de la COVID-19 en personas sin hogar, mayores y familias vulnerables. Junto a estos grupos, también se contemplan los proyectos en las áreas de discapacidad, infancia con problemas de salud o en riesgo de exclusión, integración laboral de jóvenes vulnerables, violencia de género y cooperación al desarrollo.
La esperanza, cada día más cerca
Cuando el marido de Julia cayó enfermo, ella recuerda que fue “un momento súper fuerte”, ya que le obligó a dejar el trabajo y, a día de hoy, sufre secuelas físicas del estrés emocional vivido en aquellos días. “A él le tocó trabajar en la zona más crítica. No cogió el Covid pero tuvo un problema que le dañó un nervio. Todo fue por el estrés de ver tantas personas fallecidas a diario... Eso le tocó mucho psicológicamente y decayó en su salud. No podían operarlo, tuvo que esperar…”, pero su tenacidad se mantuvo intacta y, según rememora Julia, su marido no paraba de repetir: “Dios me ha dado vida para poder aguantar y ayudar a la gente que lo necesitaba”.
Ahora, los hijos de Julia han terminado el curso con buenas notas gracias a la ayuda tecnológica y psicológica de Tengo Hogar, mientras que su pareja se ha recuperado y está preparado para volver a trabajar. Una ayuda que ha sido posible gracias a la financiación de Fundación Mutua Madrileña. “Yo he encontrado la gente buena que necesitaba para salir de esto”, dice con una gratitud que espera poder devolver algún día “aunque sea desde arriba”.
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