Paloma, estudiante asturiana, cursó un máster de Derecho Europeo en el Colegio de Europa de Brujas, en Bruselas, y trabaja ahora en la Comisión Europea. Juan, alumno granadino, se ha convertido en el catedrático de conservatorio de música más joven de España tras perfeccionar sus estudios de música en Alemania. Pablo, estudiante de un máster de fútbol en Liverpool, se ha incorporado ya a la cantera de entrenadores en un equipo de primera división español.
Son solo algunos ejemplos, pero hay muchos más. Todos consiguieron cursar estudios en el extranjero gracias a las becas de posgrado que concede la Fundación Mutua Madrileña. Desde su primera edición, hace ahora 16 años, la entidad ha invertido más de 10 millones de euros en un total de 620 becas de ampliación de estudios fuera de España.
Este año, Fundación Mutua Madrileña concederá 40 nuevas becas para ayudar a cursar estudios de posgrado en el extranjero a los hijos de sus mutualistas con al menos 20 años de antigüedad en la compañía. “El programa de becas de posgrado es una de las múltiples vías a través de las que Mutua Madrileña revierte parte de sus beneficios hacia sus mutualistas”, explica Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña. “En este caso, para que sus hijos puedan ampliar sus estudios en el extranjero, en las áreas y universidades que ellos elijan”.
“El programa de becas de posgrado es una de las múltiples vías a través de las que Mutua Madrileña revierte parte de sus beneficios hacia sus mutualistas”
Un beneficio para hijos de mutualistas
Las becas van dirigidas a estudiantes, hijos o hijas de mutualistas, que se vayan a graduar este año o lo hayan hecho recientemente (menos de cuatro años) por una universidad española.
Dotadas de 12.000 euros anuales y por un periodo máximo de dos años, las ayudas se conceden en función de criterios de excelencia académica según la nota media final del grado concluido.
Para garantizar una distribución homogénea, las becas se reparten equitativamente por razón de especialidad de título universitario de acuerdo con cuatro áreas de conocimiento: Artes y Humanidades, Ciencias Sociales y Jurídicas, Ciencias y Ciencias de la Salud, e Ingeniería y Arquitectura.
Dentro de estos campos impera la diversidad en los estudios de los becados, tal y como enumera Cooklin: “Este último año están estudiando cosas muy diversas, que van desde un máster en Energía de Fusión en Reino Unido o de Física Cuántica en Francia a estudios musicales en Holanda, Diseño de Interiores en Milán, Lengua china en Taiwán, Ecología en Brasil o Relaciones Internacionales en Australia, por poner algunos ejemplos”.
Las becas se reparten equitativamente por razón de especialidad de título universitario
Dentro de esa última convocatoria, las universidades europeas han resultado grandes favoritas, con nueve alumnos en Países Bajos y el mismo número en Reino Unido. El tercer puesto en popularidad es para Francia, donde estudian ocho becados.
“Seguimos teniendo relación con muchos de esos antiguos estudiantes, que están muy agradecidos con el apoyo recibido, pues reconocen que haber salido a especializarse fuera les ha abierto múltiples oportunidades profesionales”, afirma el director general. Esta dotación económica, explica, permite en muchos casos “poder ampliar estudios en universidades punteras” en distintas especialidades, algo que parte de los alumnos no podría hacer sin las ayudas.
Los candidatos y candidatas que cumplan las condiciones indicadas pueden presentar su solicitud online en la web de la fundación hasta el próximo 23 de abril.
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