La inestabilidad política en Cataluña no se ha solucionado tras el 1-O sino que ha ido a más. La celebración del referéndum ilegal provocó la intervención de las fuerzas del orden y antes de conocerse los resultados de la votación, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, señalaba que podría en marcha en próximos días la ley que declara la independencia de Cataluña.
La inestabilidad es evidente y va en aumento. Además, parece que no se despejará a corto plazo por las grandes diferencias entre los distintos agentes implicados. Por ello, el portavoz comunitario, Margaritis Schinas, ha señalado que desde la Comisión Europea “confiamos en el liderazgo del presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, para gestionar este proceso difícil y con pleno respeto a la Constitución”.
Con el objetivo de lograr dicho fin es necesario un entendimiento entre los distintos actores implicados para que “pasen rápidamente de la confrontación al dialogo. La violencia nunca puede ser un instrumento en política” y destaca que más allá de los aspectos puramente jurídicos “la Comisión considera que son momentos de unidad y estabilidad, no de división y fragmentación”.
La CE señala que bajo la Constitución Española, el referéndum no era legal y que si este fuese organizado en línea con la Constitución, “la salida de Cataluña de España provocaría su salida de la Unión Europea”.
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