"Los colegios electorales estuvieron abiertos de las ocho a las once de la mañana, el mínimo legal, pero no acudió a votar ni un solo elector, toda la población es solidaria con el movimiento", se felicitó Martins, interrogado por la AFP.
La empresa portuguesa de ferrocarriles dejó en 2002 de servir el municipio, de unos 2.000 habitantes, situado a 15 km al norte de Oporto, la segunda ciudad del país.
"El hecho de desplazarse se ha vuelto imposible, es difícil ir al médico, llevar los niños al colegio o ir a trabajar", cuenta Maria Dolores Viveiro, una lugareña de 62 años en paro.
Desde que se suspendió el servicio ferroviario está prevista la conexión de Muro al metro de Oporto, pero no se ha fijado ninguna fecha para prolongar la línea.
Los habitantes de Muro ya boicotearon por la misma razón la elección presidencial de 2011 y las europeas de 2014.
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