Las riadas en Tailandia más peligrosas con la fuga de decenas de cocodrilos

  • La fuga de decenas de cocodrilos de un criadero ha convertido este año las habituales inundaciones que sufre Tailandia durante los monzones en unas de las más peligrosas en años, cuando el número de muertos ha llegado a 92.

Marco Zabaleta

Bangkok, 16 sep.- La fuga de decenas de cocodrilos de un criadero ha convertido este año las habituales inundaciones que sufre Tailandia durante los monzones en unas de las más peligrosas en años, cuando el número de muertos ha llegado a 92.

Equipos de cazadores llevan toda la semana tras del rastro de estos depredadores de agua salada, algunos de hasta 400 kilos de peso, que ayudados por las crecidas escaparon de la granja "Million Year Stone Park", ubicada en el popular destino turístico de Pattaya, a unos 150 kilómetros al este de Bangkok.

El gerente del centro, Suthawut Themtab, explicó por la televisión tailandesa que desconoce cuántos animales han huido, pero advirtió de que pueden estar hambrientos porque vivían acostumbrados a que les alimentasen diariamente en cautividad.

La granja se localiza a unos 100 kilómetros de Bangkok y criaba cerca de 2.800 reptiles de diferentes edades y tamaños para, principalmente, comerciar con su piel y carne.

Hasta la fecha, los rastreadores han conseguido atrapar a 29 reptiles, varios que medían cinco metros de largo y que han necesitado seis hombres para ser transportados, según publica hoy el diario tailandés "Bangkok Post".

Las autoridades han asegurado a la población que mantendrán la persecución hasta que tengan garantías absolutas que la amenaza ha pasado, pero mientras tanto numerosas personas viven con el agua hasta las rodillas, la cintura o más alto, dependiendo de la zona donde habiten.

Según el Departamento de Prevención y Respuesta a los Desastres, las inundaciones afectan a 30 provincias, principalmente de la región septentrional de Tailandia, aunque también han alcanzado a Phuket, el primer destino turístico del sur tailandés.

Los datos oficiales actualizados son 92 muertos y 1.204.358 personas damnificadas desde que comenzaron las riadas y avalanchas de tierra, a finales de julio.

Algunos lo han perdido todo, la casa, la cosecha y hasta las gallinas que criaban; otros aún conservan el hogar en pie aunque no pueden entrar porque está anegado y viven de la caridad de un familiar o amigo; muchos llevan días o semanas en centros de evacuación y desconocen qué se encontrarán cuando regresen al pueblo.

El viceministro tailandés de Sanidad, Torpong Chaiyarsarn, señaló esta semana que "hasta 590 afectados tienen tendencias suicidas", cantidad que consideró una "proporción muy alta".

Algunas víctimas han dejado de hablar con los vecinos, se niegan a comer y se les oye llorar mientras duermen, de acuerdo con los psiquiatras públicos que los han visitado.

Los más contentos con este desastre natural que ha dejado cerca de 650 colegios sumergidos son los niños que, sin clases, acuden a las calles más inundadas para aprovecharse de la piscina pública improvisada.

El subdirector del Departamento Real de Irrigación, Weera Wongsangnak, advirtió a los habitantes de Bangkok, unos 14,5 millones de personas si se incluyen las poblaciones periféricas, que el agua que desciende de las provincias norteñas entrará en la capital a principios de la semana próxima.

Weera señaló como dato positivo que los meteorólogos no prevén mareas altas en esos días por lo que será más fácil el paso del agua por la gran metrópoli y su desagüe al mar a través del río Chao Phraya.

El Chao Phraya se encontraba hoy desbordado en un tramo de su recorrido por la provincia de Nakhon Sawan, al norte de Bangkok, y ha forzado a más de 800 familias a abandonar sus viviendas.

Tailandia soporta todos los años inundaciones y avalanchas de tierras fruto de las copiosas precipitaciones que caen durante la estación lluviosa o de los monzones, que arranca a finales de mayo o en junio y se prolonga hasta octubre.

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