El fuego de Arroyo de San Serván sigue activo pero la evolución es positiva tras una noche sin "sobresaltos"

Los medios del Plan de Lucha contra Incendios Forestales de Extremadura (Infoex) que trabajan en la zona son seis retenes, tres camiones, tres bulldozer, tres capataces, cuatro agentes del medio natural y dos coordinadores. Por el momento no trabajan medios aéreos, aunque están preparados para hacerlo si fuera necesario.

Este domingo los efectivos del Infoex que han trabajado durante la noche han sido relevados en las labores con el objetivo de "estabilizar el incendio en las próximas horas", según han informado a Europa Press fuentes de la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio.

Las mismas fuentes hacen un llamamiento a la población residente en la zona para que extremen las precauciones en las áreas afectadas por las llamas, ya que "hay mucha zona quemada y es peligroso".

El fuego se declaró a última hora de la tarde del pasado viernes y poco después, pasadas las 21,00 horas, el Infoex declaró el nivel 1 de peligrosidad por la proximidad de las llamas a viviendas aisladas diseminadas por la sierra. Varias decenas de ellas fueron desalojadas, si bien la actuación de los medios de lucha contra incendios evitaron que sufrieran daños.

Durante la noche del viernes y la madrugada del sábado, las llamas se propagaron rápidamente por la sierra debido al viento y a la ausencia de medios aéreos, que no pueden actuar sin luz solar. La mañana del sábado se dio por perimetrado el incendio, tras afectar a una superficie aproximada de 500 hectáreas, principalmente de monte bajo, matorral y algunas encinas, pertenecientes a los términos municipales de Arroyo de San Serván, Calamonte y Mérida.

Algunos testigos contabilizaron hasta ocho focos en el lugar donde comenzó el incendio, la Fuente Santa, un lugar de fácil acceso por una pista asfaltada que une las localidades de Calamonte y Arroyo de San Serván, donde se han registrado incendios en los tres últimos años y siempre a la hora en la que los medios aéreos apenas tienen tiempo para actuar.