MADRID. LA NUBE TÓXICA SE DISIPA Y LOS VECINOS YA PUEDEN SALIR A LA CALLE

La nube tóxica que rondaba esta mañana los municipios de Humanes, Moraleja de Enmedio y Griñón, en la Comunidad de Madrid, se ha disipado y los bomberos han extinguido prácticamente la totalidad de las llamas en la nave industrial de Fuenlabrada, donde se había iniciado un incendio con magnesio. Los vecinos de estas localidades ya pueden salir a la calle y no hay riesgo para la salud.
La Comunidad de Madrid ha desactivado la alarma por nube tóxica que inició esta mañana después del incendio en el polígono La Vega II de Fuenlabrada, donde ardieron más de 40 toneladas de virutas de aluminio y magnesio y que provocó un gas tóxico.
“Nos informan desde el 112 de Madrid que se da por finalizada las medidas preventivas de confinamiento de la población debido a la nube tóxica. Se recomienda seguir las informaciones relacionadas a través de los canales oficiales de comunicación”, informó el Ayuntamiento de Moraleja de Enmedio en un comunicado a sus vecinos.
Esta localidad se vio obligada esta mañana a suspender los festejos que celebraba debido a la toxicidad del aire, una medida que al fin se ha levantado. “Reanudamos todas las actividades programas de las Fiestas 2017”, celebró el Consistorio.
A las 9.22 horas de esta mañana los bomberos de la Comunidad de Madrid recibieron un aviso de incendio en el polígono industrial de Fuenlabrada, donde tuvieron que rescatar a un trabajador que resultó herido por quemaduras y que, posteriormente, fue trasladado al Hospital de Getafe con pronóstico reservado.
Inmediatamente se desalojó todo el recinto y se trasladó el aviso a los vecinos de las localidades colindantes, a quienes se recomendó no salir de sus casas porque el viento hizo llegar la nube tóxica. También fue desalojado un hotel cercano al lugar de los hechos dada la toxicidad del ambiente.
Las tareas de extinción del incendio, que se originó en el patio de la nave industrial, han sido complicadas porque, al estar implicado el magnesio, no se pueden tratar las llamas ni con agua ni con espumógeno, sino que los bomberos tuvieron que servirse de sal.

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