LOS MONTES DEL SUR DE EUROPA ARDEN POR LA URBANIZACIÓN Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

- Según un experto de una institución asociada a la ONU. La rápida urbanización y el cambio climático son los principales impulsores de los incendios forestales que asolan parte del sur de Europa, que suponen pérdidas económicas significativas y de vidas, según indica la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (Unisdr, por sus siglas en inglés).
La Unidsr se hace así eco de una entrevista realizada a Johann Georg Goldammer, director del Centro Mundial de Vigilancia de Incendios (GFMC, en inglés), que tiene su sede en Friburgo (Alemania) y está asociada a la ONU.
Un área del tamaño de Luxemburgo ha sido calcinada en lo que va de año por casi 680 incendios forestales en toda la UE, lo que supone un aumento del 215% sobre el promedio anual entre 2008 y 2016, según Euronews.
En la entrevista, Goldammer pide políticas más integradas de lucha contra incendios para reducir la exposición al riesgo de incendio, ya que las temperaturas aumentan especialmente en los países limítrofes del Mediterráneo.
“Lo que está sucediendo hoy en día en muchos países del sur de Europa es una prueba de que estamos ante un cambio en los patrones de fuego que crea nuevos riesgos y exige nuevas políticas. Ésta es una nueva situación que no habría ocurrido hace 30 a 50 años, cuando los bosques y sus paisajes circundantes eran en su mayoría administrados por comunidades rurales", apunta.
El experto señala que “el éxodo rural que ha visto a millones de personas trasladarse a las zonas urbanas ha dejado a menos gente para manejar la tierra y los bosques, y grandes cantidades de material combustible que son fáciles de quemar cuando la temperatura aumenta”. “Esto se amplifica aún más por el cambio climático, que causa sequías extremas y más duraderas y crea condiciones para incendios forestales más intensos y más grandes”, añade.
ESPAÑA, “BUEN EJEMPLO”
Goldammer destaca que está aumentando el riesgo de incendios en el sur de Europa. "Los incendios forestales afectan cada vez más a la interfaz entre la vegetación altamente inflamable y las zonas residenciales, como granjas, aldeas y zonas de viviendas periurbanas. Estos incendios causan grandes pérdidas económicas al quemar activos privados y públicos e infraestructura crucial. También representan una gran amenaza para la salud humana y la seguridad debido al aumento de la contaminación", recalca.
Por otro lado, este experto subraya que, pese a que ha aumentado el riesgo de incendios forestales, la respuesta varía entre los países, puesto que sólo unos pocos han respondido a los cambios en sus paisajes con “estrategias adecuadas de prevención y respuesta contra incendios, y mejorando las capacidades de los bomberos para hacer frente a situaciones complejas de incendios”. “España es un buen ejemplo a este respecto”, afirma.
“Otros países confían unilateralmente en la compra de tecnologías modernas de lucha contra incendios, incluyendo aviones contra incendios. Sin embargo, el suministro de tecnologías de lucha contra incendios no sustituye a la necesidad de abordar las causas subyacentes que han llevado a un mayor riesgo de incendios forestales y una mayor vulnerabilidad de las sociedades", comenta.
Decenas de miles de hectáreas han quedado destruidas este año por incendios declarados en Bosnia, Croacia, España, Francia, Italia, Macedonia, Portugal, Rusia y Serbia, y se han registrado más de 60 víctimas mortales humanas en Portugal.
"A diferencia de la mayoría de los peligros geológicos e hidrometeorológicos, los incendios forestales representan un peligro natural y humano que puede predecirse, controlarse y, en muchos casos, evitarse. La reducción del riesgo de incendios forestales requiere una acción internacional colectiva para garantizar la protección de los ecosistemas, la salud humana y la seguridad”, apunta.
ACUERDO DE SENDAI
Por su parte, el jefe de la Unisdr, Robert Glasser, sentencia que “el riesgo de incendio debe incluirse en la gestión del uso de la tierra y en la gestión de los ecosistemas naturales, incluidos los bosques, si queremos alcanzar los principales objetivos del Marco de Sendai”.
Representantes de 187 Estados miembro de la ONU aprobaron en 2015 el Marco de Acción para la Reducción del Riesgo de Desastres después de 30 horas de maratonianas negociaciones en Sendai (Japón) con el fin de sentar las bases para mitigar los daños causados por los desastres naturales (terremotos, ciclones, inundaciones, sequías, tornados...) hasta 2030.
El acuerdo de Sendai, recogido por Servimedia, incluye siete metas, entre ellas una reducción sustancial de la mortalidad mundial causada por los desastres entre 2020 y 2030 en comparación a la registrada entre 2005 y 2015, una disminución sustancial de las personas afectadas en ese mismo periodo y que bajen las pérdidas económicas causadas directamente los desastres en relación con el PIB mundial para 2030.
Las otras metas son reducir los daños en las infraestructuras esenciales, especialmente las sanitarias y las educativas para 2030; aumentar el número de países que cuentan con estrategias nacionales y locales de reducción de desastres para 2020; mejorar la cooperación internacional para los países en desarrollo para 2030, e incrementar la disponibilidad de sistemas de alerta temprana de peligros múltiples y de información y evaluaciones en relación con el riesgo de desastres para las personas para 2030.

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