Viñals, al llegar el Samur: "Llevo toda la noche atendiendo a borrachos y mira lo que me han traído ahora"

Viñals, al llegar el Samur: "Llevo toda la noche atendiendo a borrachos y mira lo que me han traído ahora"
Viñals, al llegar el Samur: "Llevo toda la noche atendiendo a borrachos y mira lo que me han traído ahora"
EUROPA PRESS
EUROPA PRESS

El supervisor del Samur el día de la tragedia del Madrid Arena, Antonio San Juan, ha relatado este miércoles los medios y asistencia "precaria" con la que se encontró a la llegada al botiquín del recinto y la "impotencia" del encargado del mismo, Simon Viñals, que le dijo: "Llevo toda la noche atendiendo a borrachos y mira lo que me han traído ahora".

Durante la sesión del juicio oral que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Madrid, el doctor San Juan ha explicado que ese día, 31 de octubre de 2012, en los cuadrantes del Samur no tenían constancia de la fiesta de Halloween en el Madrid Arena ni tenían programada asistencia porque lo iba a realizar servicios de asistencia privada.

Así que ellos se encontraban en el servicio de guardia en la zona de Ventas cuando a las 4:05 horas ya del día 1 de noviembre recibieron ya un aviso de una parada cardiaca en el Madrid Arena. "Y nosotros, junto con mi técnico, tomamos la M-30 hacia el Madrid Arena. Cuando llegamos allí, nos dirigen a una parada en la que no habían unidades nuestras. Llegamos a las 4:15 horas llegamos Madrid Arena", ha indicado.

Una vez allí, según ha comentado, fueron desviados al botiquín y no a la parada cardiorrespiratoria prevista, que estaba en la zona de entrada a la fiesta, que ya estaba siendo atendida por la jefa de guardia del Samur. Los vigilantes les dirigieron hasta la zona sanitaria del Madrid Arena, donde vio "en el quicio la puerta al doctor Viñals (72 años) y a una persona mayor (el asistente, de 78 años)", ha señalado.

Entonces, San Juan ha asegurado que vio allí dentro tres chicas en parada cardiaca, por lo que intentaron informar a la central del Samur para pedirles más unidades.

"La escena que vi fue un sitio gris, poco claro, y había tres pacientes, una en una camilla al fondo a la izquierda, y dos pacientes en el centro y la derecha. Había un biombo y una mesa. Había una persona sin hacer masaje; luego me dijeron que era el hijo de Simón Viñals. Iba vestido de paisano y estaba dando respiración", ha descrito

Según ha detallado el jefe del operativo del Samur, las tres pacientes estaban distribuidas en forma de triángulo equilátero. Además de Carlos Viñals a la izquierda, que asistía a Rocío Oña en una camilla; en el el centro había un técnico de una ambulancia privada haciendo "un masaje correcto sin ventilación" a Katia Esteban, que estaba en el suelo; mientras que a la derecha había otro técnico dando ambú (balón de ventilación asistida con mascarillas) a Cristina Arce, también en el suelo.

"De las tres personas, a una le estaban dando masaje cardiaco y a dos ventilación. Ninguna paciente estaba monitorizada. Se estaba haciendo una reanimación precaria y no avanzada. No hicieron maniobras adecuadas. A nuestra llegada, nos repartidos y dimos masaje de calidad", ha resumido Antonio San Juan.

"Para los que estábamos allí era un problema porque necesitábamos más apoyo. Nuestra preocupación es que la central de comunicación no nos hubiera escuchado con la emisora. Era imposible conectar y hasta que no llegó otra unidad a los dos minutos no tuvimos la certeza real de que nos hubiera escuchado. La otra preocupación es que si había tres personas en parada, es sabier si más gente estaba afectada en la avalancha", ha continuado.

El supervisor de guardia ha añadido que cuando llegaron junto a otros tres técnicos vieron a Simon Viñals "en el quicio de la puerta del botiquín, sin estar haciendo ninguna reanimación ni dando ninguna orden".

"A la entrada me dijo, me sorprendió muchisímo y no deja de sorprenderme, que el que fuera concejal nuestro me dijera: 'Llevo toda la noche atendiendo borrachos y mira ahora lo que me han traído'. Es una frase de impotencia. Nada les estaban haciendo y es como si empezáramos desde el principio", ha destacado.

No obstante, el que fuera supervisor del Samur ha aseverado que pese a estas circunstancias se pusieron a intentar reanimar a las chicas, ya que "nadie les dijo que estaban muertas". Concretamente, el supervisor del Samur ha señalado que su técnica Teresa Pacheco se incorporó a ayudar a Carlos Viñals y el resto se reorganizó en asistir a las otras dos heridas.

"Yo mismo estuvo dando masaje varios minutos, mientras mi técnico Jesús empezó a quitar la ropa a una de las chicas para practicarle una reanimación cardiopulmonar", ha agregado San Juan. Luego llegó una UVI y demás medios. "En un momento ya había tres grupos de reanimación con dos médicos, enfermeras y demás", ha apuntado.

Respecto a los medios encontrados, preguntado por el fiscal, San Juan ha relatado que cuando llegó "no vio ningún desfibrilador", pero que luego observó uno "que estaba en una silla apagado y no sé si había sido utilizado o no". También ha indicado que no vio marcas de usar desfibrilador en las chicas ni restos de gel, que se suele utilizar para colocar este aparato en el cuerpo de los heridos.

"Nosotros no vimos ninguna marca y retiramos la ropa. No vimos ampollas de adrenalina. Ninguna de las chicas tenía ninguna vía cogida, y estamos con la ropa puesta", ha añadido el responsable médico del Samur.

A preguntas de los abogados, el responsable del Samur ha reiterado que Simón Viñals "no lo vio colaborando", mientras que su hijo sí lo estuvo haciendo con Pacheco. "Ella le relató cómo debería hacerse una reanimación cardiopulmonar pero luego, cuando llegó la primera unidad nuestra, se apartaron", ha dicho.

También ha manifestado que nadie le dijo formalmente que había una avalancha, pero que lo oyé a un técnico. Además, ha valorado como "muy difícil" practicar una reanimación en una camilla, ya que normalmente se hace en el suelo o en una cama dura.

"Nosotros entramos y fuimos a intentar salvar, como me hicieron los compañeros en otras paradas o todos los días en la calle, y sobre todo si son personas jóvenes", ha concluido.

"NADIE NOS DIJO QUE ERA UNA AVALANCHA"

Por otro lado, ha declarado en el juicio el técnico del Samur que acompañó ese día al supervisor de guardia, Jesús Giménez, que ha confirmado en esencia el relato del primero. Así, ha reiterado que a su llegada al botiquín encontró a tres chicas en parada, dos de ellas en un suelo y otra en una camilla.

"Nos dijeron que había otras dos paradas más. Entonces miro a San Juan y le pregunto qué es lo que se habían puesto porque nadie nos informaba de que había sido una avalancha ni nada", ha apostillado.

Por otro lado, Giménez ha declarado que cuando llegaron Simón Viñals estaba de pie al lado de la puerta y no estaba asistiendo a ninguna persona. "Al hijo no sabría decirle. Yo no vi ningún desfibrilador, salvo el que yo portaba, y que utilizamos con Rocío. No había absolutamente nada de ampollas por allí y no había ninguna venopunción realizada", ha dicho.

También a preguntas del Ministerio Fiscal, el técnico sanitario ha confirmado que las pacientes no tenían marcas de desfibrilador. "Es más, a Rocío le quito yo la blusa y el sujetador, que lo llevaba puesto, para encontrar el punto y realizarle un masaje. La chica al lado de Rocío también iba vestida", ha detallado.

Por otra parte, también ha comparecido Jorge Rodríguez Huarte, jefe de tráfico ese día de Asistencia Sanitaria SL, empresa subcontratada ese día para la fiesta de Halloween en el Madrid Arena. El equipo estaba compuesto por dos ambulancias (una de ellas funcionaba como UVI), dos conductores y dos camilleros. Ha señalado que no se monitorizó a las víctimas.

Mostrar comentarios